Es la gran estrella del Crak Bang Boom, la gran feria del mundo de la historieta que se realiza en Rosario: Frank Miller, para los fanáticos de Batman, Daredevil, Spiderman y Ronin, algunos de los personajes en los que dejó su marca, no necesita presentación, para el resto de los mortales, con decirles que es el creador de "Sin City" y "300" es suficiente, fueron sus grandes sucesos en Hollywood.
Llegó ayer, paseó su figura enjuta e icónica por el encuentro que se inauguró ayer, bajo la lluvia, en el CEC, para sorpresa y gozo de sus seguidores incondicionales, y hoy ofreció una clase magistral en un teatro La Comedia colmado de chicos, jóvenes y viejos que veneran a este guionista de historietas que, entre otros títulos, firma "The Dark Kinght Returns".
Habló poco, es evidente que no es un hombre que le guste explayarse largo y tendido, pero fue filoso y profundo como las espadas de sus samurais inclementes, también gracioso. Muchas de sus respuestas, monosiláibicas, fueron acompañadas de un brillo cómplice en la mirada y en una explosión de carcajadas y aplausos del público. Fue un diálogo de viejos amigos que se ven las caras por primera vez, algo raro y muy emotivo.
No le esquivó a ningún tema, aunque cuando le pidieron que revelara el desenlace de alguna historia que todavía no ha visto la luz, respondió con un amable "no". Pero sí admitió que sus personajes usan zapatillas de lona y zuela de goma, Converse, iguales a las que usó en sus cortos paseos por Rosario, es porque le gustan y si son buenas para él también tienen que serlo para sus superhéroes.
Si bien mañana, a las 15.30, va a dar una charla sobre "The Dark Knight" junto a Brian Azzarello en el Galpón de la Música, habló de su Batman, que es muy distinto de los anteriores, sobre todo del que triunfó en la televisión en la piel de Adam West. "En DC me preguntaron como sería mi Batman, lo pensé una semanas y les dije: sería más viejo del que hay ahora y mucho más duro, más rudo", contó Miller sobre el momento en que se sumó a la leyenda.
También adelantó, con cuentagotas, cómo será "Superman Año Cero", el guión en el que está trabajando por estos días. Antes de confesarse dibujó una enorme sonrisa en los labios y los ojos le brillaron mordaces y disparó: "Les va a encantar mi Superman, va a ser el personaje más romántico de la historia del cómic. Si pudieran volar podrían impresionar a cualquier, ¿no?", contó sin ocultar el placer por sorprender a su púbico, incluso a los más fanáticos.
"Va a ser todo lo opuesto de lo que hice con Batman", reveló, para sorpresa de propios y extraños. Y es que su Batman ha sido uno de los más oscuros y sangrientos de todos, así que nadie esperaba que su Superman fuera rosa, una versión kriptoniana de Corin Tellado. Pero parece que será así. Habrá que esperar para verlo y, como el propio Miller adelantó, para disfrutarlo.
Estaba de buen humor, contento por haber podido cumplir con su amigo, el historietista Eduardo Risso, el creador de la Crack Bang Boom, que lo invitó a venir a Rosario. Y no es para menos, la feria es justo como le gustan estos acontecimientos: escala humana y mucho amor por las novelas gráficas, tanto como el que siente él mismo. "No me costó hacer ninguna de mis historias, mi trabajo es la alegría de mi vida", confesó y sus palabras quedaron resonando en el teatro como una declaración de principios.
En la obra de Miller los villanos son crueles, fríos, violentos y las ciudades en las que viven aún más. Su Ciudad Gótica pone los pelos de punta y "Sin City", más allá de sus mujeres irresistibles y fatales, es una cloaca que desborda de podredumbre y corrupción. Lo admitió sin que se le moviera un músculo de la cara y disparó: "Nació del amor por los libros policiales y las películas viejas, su público más entusiasta es el francés, donde nació el filme noir", contó en un esfuerzo por explicar la tentación que siente por "el lado oscuro".
"Me gustaría contar cómo comenzó todo, escribir un western que revele de dónde salió toda la podredumbre de Sin City", se animó Miller y fue más allá, dio una idea clara y distinta de por qué sus políticos, pero sobre todo sus policías, son todos corruptos, y lo hizo con una pregunta: ¿Por qué una ciudad va a necesitar a Batman si los policías hacen bien su trabajo? Su reflexión, que le cae como anillo al dedo a la ciudad que recién ha empezado a conocer, deja a todos pensando: será que Rosario necesita un superhéroe.
Seguro que sí.