En la era de los teléfonos inteligentes y de las redes sociales, el mundo está repleto de fotógrafos aficionados. Son tantos, y producen tantas fotos, que es difícil encontrar una imagen que perdure en la memoria más que algunos segundos. Por fortuna, en ese universo de fotógrafos de tiempo completo también hay profesionales. Uno de ellos es Alejandro Guerrero, un reportero gráfico rosarino al que le sobra talento y experiencia. Aunque le costó dar el paso, el hombre cedió a la tentación de tomar fotos con su teléfono y subirlas a Facebook. Quería aprender a usar las nuevas herramientas disponibles y, de paso, medir la reacción de quienes veían sus fotos. Como resultado de esa experiencia, que denominó "Al paso con el celular", surgió una muestra que se titula igual y que se exhibirá públicamente desde hoy.
La exposición ya logró mucho más de lo que otras muestras fotográficas: tanto la Municipalidad como la provincia la declararon de interés, y el Sindicato de Prensa de Rosario y la Asociación Argentina de Reporteros Gráficos la auspician. Nada de eso es demasiado habitual, pero Guerrero supo ganárselo.
El fotógrafo mostrará entre 140 y 150 imágenes de distintos tamaños. "Mi primer desafío es lograr que la gente mantenga el interés en las imágenes más de diez minutos", explica. Y añade: "En Facebook todo es efímero, mi búsqueda es romper esa condición. Que mis contactos recuerden las imágenes, y que si quieren puedan volver a ellas". El sabe bien que en la red social es poco habitual y busca romper con ese esquema.
Su segundo desafío, cuenta, es impregnar de subjetividad a cada imagen, sugerir algo, darle una connotación. "En general la gente simplemente registra un momento, un hecho o una circunstancia. Yo intento ir un poco más allá. En este caso no importa tanto la herramienta que utilizo, sino lo que muestro en cada foto", explica.
Dice que para eso lleva tiempo experimentando con el teléfono móvil y con Facebook: por un lado está aprendiendo a emplear una tecnología distinta a las cámaras tradicionales que usó a lo largo de su carrera, y por el otro mide la repercusión de sus fotos en la red social del polémico Mark Zuckerberg. "Si bien no tengo muchos contactos, accedo a un ida y vuelta interesante con mis «amigos» sobre el que me interesa seguir explorando", añade.
Su expectativa, sin embargo, es que la exposición rompa algunas barreras que pone la red social. Por ejemplo, el algoritmo que hace que no todo el tiempo sus contactos vean sus fotos en sus muros. "Esto va a ser distinto", confiesa.
El otro interés es a largo plazo y es muy posible que exceda con creces su propia vida y quizás la de varias generaciones. "Las fotos, tal como las conocíamos hasta ahora, iban deteriorándose con el tiempo, pero en la era digital están en una nube y nadie sabe por cuánto tiempo seguirán allí. Quizás, si nadie aprieta un botón rojo y las hace desaparecer, dentro de mil años seguirán existiendo y eso es un buen motivo para explorar estas nuevas herramientas", se explaya.
Sugiere Guerrero que todavía se siente un extraño en el mundo digital, y sobre todo en las redes sociales. Sin embargo, su curiosidad, esa cualidad que tal vez provenga de su condición de periodista que trabaja la información con imágenes, lo empuja a explorarlos. Tomando fotografías, claro, y mostrándolas.
Ahora, además de hacerlo en Facebook, esa mirada podrá ser apreciada y valorada (hay fotos que "comunican" solas, y hay otras que integran distintas series temáticas) en Plataforma Lavardén, desde hoy y hasta el 5 de mayo, de 10 a 19 y dos horas antes de cada espectáculo. La entrada es gratuita, pero hay lugares limitados.