"La arquitectura es materia, tiempo y lugar: hormigón, 2008, Rosario". La definición es clara. Para Silvana Codina, arquitecta y quien fuera desde la gestión municipal y provincial del socialismo parte activa de la proyección urbanística y de algunas de las obras clave de esos años, no hay lugar a dudas sobre dónde debe levantarse ese proyecto que el brasileño Oscar Niemeyer dibujó especialmente para la ciudad. "Hasta su nombre lo define: Puerto de la Música de Rosario", dice la mujer y no esconde la "inmensa alegría" que le provoca volver a hablar de ese proyecto. Pero también emplazó al intendente Pablo Javkin a que "luche por dejarlo en su lugar, y mientras tanto repare los muelles, tarea que con o sin el edificio de Niemeyer arriba, debe hacerse".
En un breve diálogo que mantuvo con La Capital a través de mensajes de textos en un ajetreado día de clases, Codina recordó cómo se gestó el proyecto que se proponía sumar a la zona sur de Rosario. También admitió que desde el propio socialismo, el ex gobernador Antonio Bonfatti ya la había consultado sobre si el edificio pensado para el sur rosarino "entraba" en la cabecera del Puente Rosario Victoria, y que también en ese momento su respuesta fue tajante. No solo porque cambiarlo de lugar significaría que otro arquitecto firme los planos ya firmados por Niemeyer, sino porque además implicaría, en boca de Codina, "cortarle las piernas".
De hacerse en otro lado, será otra cosa, e incluso utilizó una metáfora en caso de que nunca se concrete: "Será la 8ª Sinfonía de Schubert para Rosario, inconclusa, pero inigualable".
Es que lejos de estar mitad de camino, el Puerto de la Música está listo para arrancarse. "El proyecto está completo, listo y terminado bajo la dirección de Niemeyer y fue licitado con planos que dejamos oficialmente en el Ministerio de Obras Públicas, en una memoria externa para ser entregado a la contadora (Silvina) Frana (actual ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat) cuando asumió Omar Perotti", afirmó.
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Silvana Codina junto al ex gobernador Hermes Biinner, de quien fue funcionaria y con quien además tuvo a su hijo Emilio.
- ¿Cómo se gestó el proyecto y cuál fue la trastienda para que sea nada menos que Oscar Niemeyer el hacedor?
- Conocimos a Niemeyer con Hermes cuando nuestro hijo Emilio, que hoy estudia arquitectura, tenía 8 años. Hermes había ganado las elecciones en 2007 y por entonces se publicaba que era el primer gobernador socialista de Argentina. Yo tenía trato como alumna con un gran amigo íntimo de Oscar, el gran profesor de Arquitectura Hospitalaria Lelé Filgueiras Lima, de Salvador Bahía, que fue su encargado de obras de Brasilia y el puente, otro grande de la arquitectura latinoamericana al que me gusta siempre recordar. En una conversación nos enteramos que Niemeyer, que igual que Lelé se identificaba de izquierda, estaría gustoso de conocer a Hermes y allí fuimos. Copacabana, Río, Cobertura. No hubo trastienda. Se conversó abiertamente y surgió de su boca la idea de realizar un proyecto en la ciudad del primer gobernador socialista de Argentina. Se convino que iba a hacer un "dibujo", así lo llamó él, y que lo iba a enviar "a riesgo". Luego, si había interés, cobraría por el proyecto el equivalente a lo que regulaba el Colegio de Arquitectos de Río de Janeiro. Eso lo convinimos después, no se hablaba de dinero con Oscar. Había otros efluvios en su estudio y eso te impregna para siempre: amor a la arquitectura y a la ciudad.
-El proyecto fue gestado para Rosario y específicamente para el sur de la ciudad. Como arquitecta, ¿qué significa pensar un proyecto de esa naturaleza en su contexto?
- Cuando uno ha tenido la gran fortuna de formarse y compartir con maestros como Oscar y Lelé deja de hablar desde algún título o rótulo; yo siento hoy que soy lo que aprendí de Hermes y de quienes pude conocer por mi profesión y muchos a su lado, pero no hago exégesis de nadie. Integro lo que aprendí para a su vez poder trasmitirlo a mis hijos, nietos y alumnos. El Puerto de la Música fue pensado para Rosario y para la ribera cultural de Rosario. La arquitectura es materia, tiempo y lugar: hormigón, 2008, Rosario. Hasta su nombre lo define: Puerto de la Música de Rosario.
- ¿Qué significa el Puerto de la Música para la zona sur, siempre señalada como la zona menos potenciada de la ciudad y la que aún requiere de mayor inversión y políticas urbanísticas, sobre todo en la zona costera; teniendo en cuenta que la urbanización de El Mangrullo sigue siendo una cuenta pendiente de varias gestiones?
- En su momento el edificio fue la respuesta a esas aspiraciones. Hoy no estoy aggiornada con los planes que Planeamiento Urbano tenga para la zona y de esto debieran opinar los colegas de ese área. Lo que sí puedo decir es que siempre hay que tener proyectos esperando oportunidades. Y es allí cuando se toman las mejores decisiones.
- ¿Es posible extrapolar un proyecto de esta naturaleza y envergadura y llevarlo así de un lugar a otro?
- Con dinero uno se puede comprar un buen simulador y creérsela que es piloto espacial, pero no te va a llevar a ningún lado. Para saber hacerlo de verdad hay que saber del tema y tener experiencia. En la línea de esa metáfora me pregunto qué colega firmaría esos planos cambiándole algo al proyecto. Para localizarlo en otro lado hay que cambiarle las fundaciones, hay que "cortarle las piernas", como decía Diego (Maradona). ¿Quién firmaría esos planos? Porque la obra hay que hacerla con planos. Para mí, el Puerto de la Música, el que pensó Niemeyer y que documentamos junto a los arquitectos de la Unidad de Proyectos Especiales del Gobierno Provincial de ese entonces es de Rosario y es de ese lugar, aunque con dinero hagan algo parecido en otro lado. El alma, su sentido, su razón de nacer dibujada, calculada y presupuestada, lo ha anclado en Pellegrini y el río, en el punto de la cuidad donde lo ubicó Niemeyer. Será la 8ª Sinfonía de Schubert para Rosario, inconclusa pero inigualable. En palabras de Oscar "podrá haber otros parecidos pero no igual". Está en un video, fue premonitorio.
- ¿En detalle, cuán avanzado está el desarrollo del proyecto? ¿Y qué implicaría su traslado?
- El proyecto está completo, listo y terminado bajo la dirección de Niemeyer. Lo que implica su traslado para mi es un oxímoron, no lo puedo contestar, no lo haría. Como dice mi Colegio de Arquitectos, plantearía otra cosa para Granadero Baigorria, es más creo que esa ciudad ya tiene un proyecto urbano que fue desarrollado por el Ente de Coordinación Metropolitana.
- ¿Qué significa para Rosario por su envergadura en la provincia y por su historia contar con una obra de estas características y la única en el país de Niemeyer?
- La vigencia de la obra nos va a trascender. Es tan grande que ya es de Rosario, y nos desnuda a todos los que como yo en esto somos, fuimos y seremos actores secundarios. Esta obra tuvo dos grandes protagonistas, hay que actuar con mucha sensibilidad y conocimiento para seguirle el rumbo. Pero aún si no se hace, está aquí, en el puerto.
- El intendente declaró que lo importante es que la obra se haga, sin importar su localización. ¿Qué opina de esa posición?
Me gustaría decírselo personalmente, si me atendiera. Respeto su investidura y es quien nos representa y quien tendrá en su espalda el peso de la decisión final y sus consecuencias. Nunca pude hablar de este tema ni con él, ni con sus antecesores, ni con los tres últimos gobernadores. Bonfatti me preguntó al final de su gestión si el Puerto de la Música entraba por la zona del puente de la cabecera. Le contesté con rigor y fundamentos que sí, pero que no había que moverlo porque una cosa es que algo entre en un lugar y otra que haya razones de peso para ponerlo. Hoy le diría al intendente que se piensa sin estar pegado a la billetera, que cuando viene la plata ya tenés que saber dónde poner el edificio y espero que luche por dejar al Puerto de la Música en su lugar; y mientras tanto, que repare el muelle, tarea que con o sin el edificio de Niemeyer arriba debe hacerse.