Una fiesta privada de las que participaban unas 500 personas y que se estaba desarrollando en Riccheri al 300 tuvo que ser desalojada anteanoche por la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y efectivos de al comisaría 7ª. El operativo, que terminó sin mayores incidentes, se llevó a cabo después de que los vecinos de la manzana denunciaran ruidos molestos y comportamientos indebidos de los asistentes al festejo. Lo curioso es que la celebración había comenzado el sábado por la tarde y todo hacía presumir que iba a continuar hasta la madrugada.
Las denuncias ingresaron durante la tarde del sábado a la base de la GUM.
Las primeras quejas apuntaron contra un importante nivel de ruidos molestos, pero luego se sumaron otras que describieron inconductas de los concurrentes a la fiesta en el espacio público. Por ejemplo, por orinar en la calle, en pleno corazón del barrio Pichincha.
"Los vecinos de Riccheri al 300 denunciaron ruidos molestos y conductas indebidas en la calle"
Ante ese panorama, que puso en vilo a los habitantes de la zona, agentes de la GUM y personal de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana se acercaron al lugar, donde constataron la veracidad de las denuncias de los vecinos.
Tras requerir la presencia policial de la comisaría 7ª como refuerzo para llevar adelante un operativo en conjunto, las autoridades decidieron proceder al desalojo de la fiesta privada, donde se habían dado cita medio millar de personas. Todo indicaba, dijeron, que estaba programada como para continuar durante toda la noche y la madrugada.
Según fuentes de Control y Convivencia, finalmente el procedimiento se cumplió alrededor de las 22, "sin grandes inconvenientes".
Desde la secretaría afirmaron que, sobre todo durante las noches de los fines de semana, "a menudo" se reciben denuncias por ruidos molestos, pero esta vez las dimensiones de la fiesta privada rompieron "completamente la tranquilidad del barrio".