La decisión del colegio San José de abrir la inscripción del nivel inicial para alumnas mujeres, después de 133 años de educar exclusivamente a varones, movilizó debates en la comunidad educativa. Incluso, entre los estudiantes. "Hay sentimientos encontrados con la decisión. Así como existe mucha incertidumbre, también hay una inmensa predisposición para ayudar a que esta transición se lleve a cabo de la mejor forma", resumió Máximo Ríos, alumno del último año de la carrera y presidente del centro de estudiantes del colegio.
La dirección del colegio salesiano anunció la decisión de "abrir el colegio al alumnado femenino" el domingo pasado, mediante una carta enviada a las familias de los alumnos. El escrito advertía que "la interacción entre varones y mujeres enriquece la experiencia pedagógica, humanística y pastoral" y explicaba que la incorporación de niñas sería gradual.
Durante el año próximo, se habilitará su ingreso al nivel inicial "siempre de acuerdo a las vacantes disponibles y según criterios institucionales de prioridad". El año siguiente, 2025, se habilitarán los cinco primeros grados del nivel primario, en 2026, los sextos y séptimos grados. Mientras que el acceso a la secundaria podría ser ese mismo año o el siguiente.
Y aunque los alumnos de los últimos que actualmente cursan los últimos años del secundario no compartirán las aulas con mujeres, la medida no les es indiferente. "Hace unos años esta medida hubiera sido impensable", reconoce Ríos y advierte que no se trata de una decisión tomada de un día para el otro.
"Hace tiempo se esta gestando la idea, esta noticia solo es el culmen del proceso de cambio que se está viviendo recientemente en la institución", señala y considera que la transformación en la composición del alumnado "es una situación que atraviesa troncalmente al colegio" y "será una buena solución para poder llevar adelante, de mejor manera, las distintas realidades que se presentan a día de hoy".
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El adolescente cursó en el San José desde el primero al sexto año de su secundaria y, como a sus compañeros, pueden contar esta transición en tiempo presente. "Cuando yo empecé el colegio, hace seis años, todos los preceptores eran varones. Ahora hay varones y mujeres, lo que muestra que la institución ya estaba empezando un cambio", explica.
No fue el único. En los últimos tiempos, señala, se incorporaron también contenidos relacionados con la Educación Sexual Integral (ESI), "materias que hablan de vínculos saludables, temas vitales para nuestra formación", señala y asegura que "estas medidas que al día de hoy empezamos a ver normales, hace unos años hubieran sido impensables".
Un centro muy activo
Ríos esta al frente del centro de estudiantes del Sanjo, como lo llaman sus alumnos, desde este año. Se trata de un espacio, dice, para que los alumnos puedan expresar como se sienten respecto a las decisiones institucionales del colegio.
"En las reuniones del centro se trabajan muchas cosas. Sin ir mas lejos, tenemos varios proyectos: realizar una jornada de donación de sangre, colecta de alimentos para el BAR, brindar clases de RCP, entre otras cosas. A su vez, siempre tenemos un tiempo especial para que cada uno de los delegados y subdelegados puedan expresar su opinión y la de su curso sobre las medidas que se toman desde la dirección", explica.
Por supuesto, la incorporación de una matrícula mixta no fue un tema que les pasó inadvertido entre los alumnos. "En su mayoría se demuestran sentimientos encontrados con la decisión; así como hay mucha incertidumbre, también hay una inmensa predisposición para ayudar a que esta transición se lleve a cabo de la mejor forma. De parte del centro vamos a hacer todo lo posible para que este cambio tan radical se puede implementar de la mejor manera", señala.
Y destaca que "no fe algo que se vivió de un día para el otro, sino de un proceso que claramente el colegio estaba atravesando desde hace unos años".