Los vecinos de los barrios Luis Agote y Pichincha solicitaron en la comisión de Seguridad del Concejo Municipal que se aborde de manera urgente la problemática de la inseguridad. Denunciaron que son frecuentes los robos y arrebatos a cualquier hora y las situaciones desorden callejero durante la noche. Reclaman mayor presencia policial, corredores seguros en escuelas, clubes y sectores de circulación vehicular, y que se instale un Centro Territorial de Denuncias (CTD)
Integrantes de la vecinal Esteban Laureano Maradona, con jurisdicción en los barrios Agote y Alberto Olmedo (conocido como Pichincha) mantuvieron una reunión con miembros de la comisión de Seguridad del Concejo para expresarles los múltiples problemáticas que acarrea desde hace tiempo la extendida oferta gastronómica y de esparcimiento nocturno en la zona.
Si bien como primer elemento reclamaron mayor presencia policial, caminantes y patrulleros, también expresaron la necesidad de los controles vehiculares como medida preventiva. “Pedimos un circuito de corredores seguros en el viaducto Avellaneda, en el cruce Alberdi, en las escuelas y clubes, por la gran cantidad robos y arrebatos”, indicaron.
Además, propusieron hacer un relevamiento de las condiciones en las que se encuentran las cámaras de monitoreo oficiales dispuestas en los dos barrios; armar un mapa de las zonas rojas o de mayor conflicto, y esquemas de horarios de entrada y salida de las escuelas para solicitar patrullaje.
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Enumeraron trastornos cotidianos como encontrarse con los vehículos de los vecinos rayados, gente que patea las puertas de los garajes, falta de control del estacionamiento durante la noche en calle Jujuy desde Ovidio Lagos hasta Vera Mujica, “donde igual se lo utiliza a pesar de no estar habilitado el estacionamiento a ambos lados”.
También advirtieron sobre la presencia de “trapitos” o cuidacoches, especialmente en la zona del Hospital Provincial del Centenario (Francia y Urquiza). Frente a las problemáticas descriptas, pretenden avanzar en la instalación de “alarmas comunitarias como elemento disuasorio”.
En relación a la nocturnidad, que sobre todo afecta a Pichincha por el exponencial crecimiento gastronómico y de locales con amenización musical, pidieron profundizar y mejorar los controles durante los fines de semana y feriados, cuando se da la mayor concentración de público.
Los trastornos en la noche
Ese punto es objeto de reiteradas quejas, muchas de ellas expresadas en redes sociales, por situaciones repetidas que alteran la convivencia, como música elevada, peleas, cuidacoches, higiene urbana y el factor ocupacional de bares en veredas, que dificulta la transitabilidad peatonal.
Cabe recordar que en el seno del Concejo Municipal habría cuatro bosquejos de proyectos para avanzar en la modificación de la ordenanza Nº 7.218 que regula la noche rosarina (sancionada en 2001), que aparece desajustada en relación a la dinámica actual.
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En ese sentido, aún no hubo avances sobre la propuesta de discutir las modificaciones en audiencias públicas, como lo propusieron las concejales Fernanda Gigliani, del bloque Iniciativa Popular, y Susana Rueda, del Frente Progresista.
Uno de los vecinalistas de Pichincha, Víctor De Batista, explicó que “se acordó llevar nuestros reclamos a las autoridades sobre los hechos que se vienen dando en el barrio. Y cuatro puntos: una pronta reunión con el Ministerio de Seguridad; establecer policías caminantes por calle Cafferata, la instalación del Centro Territorial de Denuncias, y establecer corredores seguros en escuelas y clubes en horarios de entrada y salida”.
Controles escasos e ineficientes
Además, explicó que “puntualmente se realizaron reclamos por la nocturnidad y principalmente la forma de cómo se ajustan los controles. Sabemos que se hacen pero no alcanzan, o no se hacen como se debe”, agregó De Batista.
Y adelantó que hay reuniones pendientes con los responsables del área de Control y Convivencia Ciudadana para avanzar respecto a delinear un plan de trabajo que involucre de manera conjunta a la Municipalidad, el Ministerio de Seguridad y a los dueños de los boliches. “Hay que mirar caso por caso y avanzar en los mecanismos de control”, propuso.
A esas demandas, los residentes de Pichincha y Agote sumaron reclamos comunes sobre poda y escamonda, y mejorar la iluminación en calles y espacios públicos. En esos dos puntos la Municipalidad trabajó sobre el arbolado en ambos barrios, y en los próximas semanas está programado colocar la iluminación led en Agote.