Una beba de un año fue atendida el sábado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela tras haber tomado lavandina en la casa de su abuela. Por estas horas, la nena se encuentra estable y en buen estado de salud.
Atendida en el Hospital Vilela, la niña llegó el sábado a la noche por una intoxicación. Se encontraba estable y en buen estado de salud
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La beba fue asistida por la guardia del Hospital de Niños Víctor J. Vilela
Una beba de un año fue atendida el sábado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela tras haber tomado lavandina en la casa de su abuela. Por estas horas, la nena se encuentra estable y en buen estado de salud.
La vicedirectora del nosocomio, Silvia Giorgi, explicó en LT8 que los casos de intoxicación “son relativamente frecuentes dentro de los accidentes del hogar” y contó que los padres de la beba se asustaron mucho “porque no se sabe hasta donde pudo haber ingerido o inhalado” el producto.
Asistidos por la policía, la familia llegó al Vilela y cuando los médicos revisaron a la niña la encontraron en buen estado de salud. Al poco tiempo, con su hija en brazos, los padres regresaron a su hogar.
El sábado por la noche, la policía llegó a la zona de bulevar Segui y Vera Mújica, en la zona oeste de Rosario, alertados por el llamado a la central del 911 por una beba que había ingerido cloro.
Según el relato policial, la beba se encontraba inconsciente y con signos de ahogamiento. Al trasladarla en el patrullero, uno de los efectivos le practicó maniobras de RCP hasta llegar al Hospital Vilela. La atención médica llevó los trabajos pertinentes y a las pocas horas recibió el alta.
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Mientras tanto, la Policía entrevistó a la familia. La abuela reconoció que en un momento de descuido escuchó a la beba llorar junto una botella de cloro, a partir de allí se inició el procedimiento policial
Silvia Giorgi, vicedirectora del Hospital Vilela, detalló cuál es el procedimiento que lleva a cabo el equipo de salud al encontrarse con casos de intoxicación en bebes y niños.
Al ser un producto líquido, el cloro diluido en agua ingresa frecuentemente de manera oral. En este sentido, la cantidad consumida suele ser poca “porque como es feo de sabor, lo vuelcan rápido”. Estos casos llevan a los médicos de guardia a observar al menor, que puede presentar vómitos, náuseas o incluso diarrea o irritación en el estómago. Ante esto, Giorgi aclaró que si es mínima la parte de lavandina consumida “no suele ser severo” y no quedan secuelas.
Para evitar este tipo de accidentes domésticos, Giorgi recomendó mantener los productos de limpieza alejados de los niños, cerrar bien las puertas de los lugares donde se guardan estos productos, colocarlos en altura y puso el foco en otros artículos: “No es solo lavandina, algunos tienen colores llamativos y eso a los niños, curiosos y sin medir el riesgo, les llama la atención y los pone en peligro”.
Bajo esta premisa pidió evitar tener productos de limpieza en botellas de gaseosas, práctica habitual de la compra del químico “suelto”, porque los pequeños lo relacionan con una bebida dulce. “Prevenir es lo más importante”, señaló la pediatra.