En todo el país hay unas 170 mil personas con permisos aprobados para el cultivo controlado de cannabis. Se calcula que, de acuerdo a su proporción de habitantes, en la provincia de Santa Fe unos 14 mil usuarios forman parte del registro.
El Reprocann es una base de datos que funciona en el ámbito del Ministerio de Salud de la Nación donde se inscriben las personas que cuenten con las condiciones para acceder a un cultivo controlado de la planta de cannabis, con fines de tratamiento medicinal, terapéutico o paliativo del dolor. De esta forma pueden cultivar en forma legal hasta nueve plantas de cannabis.
Los permisos vencen cada tres años, por lo cual actualmente se están empezando a renovar las inscripciones realizadas en 2021. Según reconocieron funcionarios de la cartera sanitaria, actualmente se reciben unas mil solicitudes de pacientes por día y el registro no tiene capacidad de resolver más de 45 pedidos en una jornada laboral. Eso hace que actualmente haya unos 100 mil casos en lista de espera para su evaluación. Algunos, afirman desde las organizaciones cannábicas presentaron toda la documentación hace seis o cinco meses.
Médicos en alerta
"El Reprocann es una isla en medio de una ley de drogas súper atrasada", define Jorge Capriotti, médico neurólogo que está al frente del consultorio de cannabis del Hospital Centenario. Formar parte del registro autoriza no solo el cultivo de plantas, sino también el transporte y la tenencia de fitoderivados (como semillas o flores) para el uso medicinal, sin caer bajo la sanción penal que impone la ley de drogas (Nº 23.737). Para los usuarios, se trata de una protección legal a las penas previstas en la ley de drogas.
El consultorio de cannabis que funciona en uno de los dos hospitales públicos más grandes de la provincia se habilitó en septiembre del año pasado, como una instancia de asesoramiento a quienes estén interesados en acceder a los derivados de la planta de forma segura. En todo el territorio santafesino se habilitaron otros 30 espacios similares en hospitales y centros de salud.
Además de las consultas que recibe a diario, Capriotti tiene unos 30 pacientes estables, a quienes viene siguiendo de cerca en su tratamiento con cannabis. La mayoría mayores de 50 años, mujeres, de 50 y pico y consultan por problemas de dolores crónicos, fibromialgia, enfermedades reumatológicas o epilepsias refractarias a los tratamientos convencionales.
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El uso medicinal del cannabis, bajo la lupa de la provincia y el INTA.
En las últimas semanas, el médico empezó a escuchar comentarios de sus pacientes sobre los atrasos en la inscripción al Reprocann. "En el registro no se anota a todos los pacientes, sino a aquellos que cultivan, y por su posición están más expuestos jurídicamente y más desprotegidos", advierte el médico y considera que "es correcto que auditen o revisen el funcionamiento del programa, pero esto no puede significar un freno a una política de salud pública".
Sin permiso del Estado para cultivar, explica, quienes están bajo un tratamiento y fabrican los mismos aceites o cremas que usan "vuelven al lugar de la clandestinidad, se quedan sin seguridad, o sin posibilidad de continuar su terapia". Sobre todo, remarca, porque la mayoría de las prescripciones de cannabis se hacen a "personas con patologías crónicas que hacen un uso prolongado de cannabis y, actualmente, no saben si van a poder seguir con su tratamiento, porque tienen que renovar sus permisos y no saben si se los van a aprobar".
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Pacientes recriminalizados
Valeria Salech es presidenta de Mamá Cultiva Argentina y autora del libro "La historia de Mamá Cultiva Argentina", activista por la legalización del cannabis y los derechos de las mujeres y disidencias. Mamá Cultiva es una de las organizaciones que en 2017 impulsó la sanción de la ley de cannabis medicinal (Nº 27.350) que incluye el derecho al autocultivo de la planta de cannabis para fines terapéuticos.
"Hablando uno por uno con todos los legisladores, en la ley logramos incorporar el artículo 8 que ordena la creación de un registro de personas con prescripción médica que puedan cultivar sus plantas a resguardo del Estado". Ese mismo punto es el que el gobierno nacional puso ahora en tela de juicio.
La norma que legaliza el cannabis medicinal se aprobó por amplia mayoría en las dos cámaras, pero su reglamentación tardó tres años en llegar. Recién en marzo de 2021, por decisión del Ministerio de Salud de la Nación, se habilitó el sistema de Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) con el objetivo de que "los usuarios y usuarias que acceden a la planta de Cannabis y sus derivados, como tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor, a través del cultivo controlado", según destaca la resolución.
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Para la subsecretaria de Proyectos de Innovación Productiva, Eliana Eberle, “este logro marca un hito histórico en Santa Fe y para la prometedora industria de cannabis medicinal en Argentina".
Para Salech, "es un sistema de avanzada que, cuando lo presentamos en foros internacionales genera admiración en otros países que están buscando un marco legal para el uso del cannabis con fines medicinales". La inscripción en el Reprocann demanda el aval de un profesional médico que prescriba la terapia y la indique en una declaración jurada.
Actualmente, destaca la presidenta de Mamá Cultiva, "el registro está dando autorizaciones a cuentagotas. A nosotros, que instamos a la gente a que se inscriba en el Reprocann, nos llegan cientos de mensajes de personas que hace meses que presentaron sus papeles y no se los aprobaron".
Salech remarca que "desde Mamá Cultiva queremos sujetarnos a la ley y que el Estado controle a quienes no cumplen". Sin la autorización del registro, advierte, "lo que se produce es una recriminalización de los usuarios, lo cual genera malestar, pone los tratamientos en dudas, agrava síntomas y produce miedo, porque sin la autorización del registro las personas quedan frente a la posibilidad de ir presas por cultivar lo que necesita para atender su problema de salud".
Además advierte que "entre los funcionarios del gobierno nacional hay mucha confusión y se dijeron cosas inexactas" en relación al uso del cannabis y el funcionamiento del Reprocann. Por ejemplo, "se dijo que accedían al registro personas sin criterio médico, cuando una de las condiciones para inscribirse es contar con una indicación de un profesional de la salud. Es más muchas veces nos demandan documentación respaldatoria porque la autoridad de aplicación tiene que aprobar o no los pedidos".
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Con evidencia científica
Hace dos semanas, funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación convocaron al Consejo Consultivo Honorario de de la ley de cannabis medicinal. Entre otros temas, en la reunión se abordaron los atrasos generados en la inscripción al Reprocann.
Allí, las autoridades explicaron que "el registro va a continuar, pero identificaron la necesidad de introducir mejoras ya sea en aspectos tecnológicos y administrativos, como clínicos. Y una de las posibilidades que planearon fue limitar algunas patologías o sintomatologías sobre las cuales se indica cannabis, bajo el argumento de que algunas no tienen evidencia científica", afirma Julio Feccia, médico clínico y presidente de la Asociación Civil de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis y otras Drogas (Aupac).
La entidad tiene un dispositivo de atención multidisciplinaria, en el cual intervienen profesionales de medicina, psicología y nutrición, y lleva adelante el curso de posgrado sobre “Abordaje Integral de la Planta de Cannabis para la Salud” en la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Por los consultorios de la asociación ya pasaron más de 3 mil pacientes que usan cannabis para aliviar distintas patologías.
A contrapelo de la posición de las autoridades sanitarias, Feccia destaca que existe "muchísima evidencia científica", internacional y nacional sobre los beneficios del cannabis, que actualmente numerosas universidades tienen posgrados y diplomaturas sobre este tema y que todas las "indicaciones medicas están avaladas por evidencia que las respaldan". Por otro lado, suma, la seguridad y los efectos adversos del uso del cannabis son bien conocidos. "En mi caso y con toda la experiencia de acompañamiento que he acumulado, no tengo dudas de su beneficio", remata.
Y también es categórico para cuestionar los atrasos en las inscripciones al Reprocann. "Recibimos muchas consultas de pacientes en relación a esta demora. El malestar es importante porque, a veces, no se comprende la normativa o no se sabe lo que pasa en el Ministerio, lo que genera mucha desazón, que se traduce en el cuerpo".