El Ejecutivo presentó en el Concejo Municipal su proyecto para aumentar las alturas en el barrio residencial de Fisherton. Tras definir corredores urbanos y corredores jardín, la iniciativa permite que se puedan construir sobre las avenidas Eva Perón y Newbery edificios de 5 pisos, al tiempo que admite 3 pisos en las calles Schweitzer y Real.
En su exposición, la secretaria de Planeamiento, Agustina González Cid, destacó que se buscan consolidar áreas de la zona como el sector histórico, tejido urbano fragmentado, cursos de agua e instalaciones deportivas. “Pretendemos consolidar y proteger áreas ambientales, paisajísticas y patrimoniales y protegerlo como barrio jardín e histórico”, subrayó.
González Cid acudió ayer a la comisión de Planeamiento para explicar los detalles que establece nuevos indicadores urbanísticos para Fisherton.”La intención del proyecto es mediar entre las dos posiciones, los que dicen que no hay que construir más y los que dicen que hay que construir”, destacó.
El reordenamiento urbanístico Fisherton permite mayor densificación en la zona, entendiendo que es un barrio que se transformó, que “ya la gente no vive de la misma manera que antes, en casas tan grandes con jardines tan amplios, y con tanta superficie cubierta”.
En tal sentido, ahondó que la tendencia es a reducir la superficie en la que uno vive, entonces se busca una densificación en ese contexto socio cultural particular de ese barrio, para aclarar que la iniciativa oficial es proteger la esencia de lo que es ese barrio jardín, “con su perfil ambiental, mucho arbolado, y suelo absorbente. Y también respetar su perfil histórico”.
Recordó que se ajustaron aspectos del factor de ocupación de suelo y del factor de impermeabilización y alturas, para lograr algo más medido, sobre todo el sector de Fisherton histórico, que permita la incorporación de viviendas.
Más corredores, más viviendas
El barrio en su transformación pretendida es buscar la cercanía, además de modificar los indicadores en las áreas de tejido. Y en concreto desarrollar los denominados corredores jardín por las calles Newbery, Schweitzer, avenida Real y Eva Perón.
“Planta baja y 5 pisos en Newbery y Eva Perón; y de planta baja y 3 pisos en los otros dos”, puntualizó González Cid.
Es decir que no se asemejan a las alturas del área central sino que se suman espacios edificables en sintonía con el entorno barrial.
De esta forma, Newbery, Schweitzer y avenida Real se convierten en corredores como Eva Perón.
“Pensamos en plantas bajas activas, con servicios, comercios, y unidades más chicas que pueden incluir oficinas. Todo está pensado para que los vecinos de Fisherton puedan resolver todo sin tener que desplazarse tanto”, sumó entre los argumentos la secretaria del área.
Otro eje de análisis sobre el territorio son las zonas con cloacas y las que no cuentan con el servicio y provisión de agua.
En el proyecto, los sectores que cuenten con cloacas habrá una unidad cada 250 metros cuadrados y si no hubiera cloaca, una cada 500 metros cuadrados.
Y en cuanto a las exigencias de cómo asentar la volumetría en el terreno, se establecen deslindes laterales y de fondo del lote y protección de los centros de manzana.
Repercusiones
Junto al presidente de la comisión, el javkinista Fabrizio Fiatti, estuvieron las justicialistas Fernanda Gigliani y Silvana Teisa, Juan Monteverde (Ciudad Futura) y por el macrismo Alejandro Rosselló y Ana Laura Martínez, la radical PRO Daniela León y la socialista Verónica Irizar.
“Se pretende un ordenamiento urbanístico con mayor densidad en forma ordenada, respetando la esencia que tiene el barrio y diferenciando en función de los servicios cloacales. Es un aporte a la normativa actual que pretende priorizar los espacios verdes”, señaló Rosselló y aclaró que habrá un nuevo paréntesis de 6 meses en los permisos que se quieran ingresar en la zona para evitar especulaciones inmobiliarias hasta tanto se apruebe el proyecto.
Gigliani señaló que “la modificación debe cuidar la identidad del barrio jardín y se eviten las proliferaciones de grandes emprendimientos que tiene alta densificación del suelo que se han dado en los últimos años”, para indicar que el índice de unidad funcional máxima tiene que cumplirse en todos los permisos “y deben respetarse cuando se traten de proyectos especiales, convenios urbanísticos, como pasó con Villa Ana con un alto impacto”.
Además, la edila destacó que debe incorporarse la prohibición de construcciones subterráneas en las áreas que computen como suelo absorbente.
“Se debe contemplar el arbolado”, remarcó para prometer estudiar la normativa. A su vez, alertó que en los usos deportivos masivos no se pueden delegar en un informe de un técnico de un área sino ser sometido a un profundo análisis.
El plusvalor de la tierra
Monteverde destacó que el mensaje abarca a todo el noroeste de la ciudad en un gran territorio que merece un debate serio. “Estamos de acuerdo en hacer un uso racional y democrático de acceso al suelo. En vez de una mansión en una familia que en esa manzana vivan 30 familias. Pero se abren dos interrogantes, hay que densificar en corredores con infraestructura con el límite de los máximos de unidades funcionales y plantear que el Estado genera valor en la tierra y por ende estamos transfiriendo recursos al privado. En lo urbanístico no está mal, pero hay que rediscutir la plusvalía que genera la inversión pública”, resumió.
Para finalizar, Fiatti indicó que se analizó toda la normativa de Fisherton en sus áreas históricas de preservación, Hostal del Sol, Aldea y San Eduardo para “pensar un crecimiento más ordenado y equilibrado de las zonas que componen estos barrios para según indicadores crecer el alturas en corredores con indicadores más flexibles. Son conceptos novedosos además de la idea de corredor jardín”.