La autoridad judicial alemana decidió respaldar a un hombre acusado por su casero de dañar el piso del sanitario con su orina.
El dueño de la residencia, que exigía 2 mil dólares, argumentó que la falta de puntería del sujeto provocó que su orina dañara el mármol de la habitación.
El juez Stefan Hank aseguró que es un hábito cultural y no motivo de sanción civil.
"A pesar del incremento de la domesticación del hombre en este contexto, orinar de pie es todavía una práctica común", explicó el letrado.