Adriana Cruz, la mujer que estaba detenida por el homicidio de su hijo de seis años en un country del partido bonaerense de San Vicente, murió ayer, horas después de intentar suicidarse ahorcándose en una celda de la cárcel de Melchor Romero.
Adriana Cruz, la mujer que estaba detenida por el homicidio de su hijo de seis años en un country del partido bonaerense de San Vicente, murió ayer, horas después de intentar suicidarse ahorcándose en una celda de la cárcel de Melchor Romero.
Según confirmó el juez Juan Pablo Massi, a cargo de la causa por el crimen del niño, Adriana Cruz, de 42 años y nacionalidad brasileña, "se había intentado ahorcar con una media" anteanoche, mientras permanecía en su lugar de detención.
La mujer murió cerca de las 5.30 de ayer como consecuencia de la asfixia que sufrió durante ese episodio, mientras se encontraba internada en el Hospital Alejandro Korn, de la localidad de Melchor Romero.
No murió enseguida. "La muerte no fue en forma inmediata, porque el personal del Servicio (Penitenciario) actuó rápidamente. Pero la maniobra de asfixia causó un daño cerebral que fue irreversible", indicó el magistrado.
También indicó que el intento de matarse había sido en un primer momento abortado por el personal del penal, que la derivó luego hacia el hospital.
La mujer se encontraba alojada en la Unidad Penal 45 del Servicio Penitenciario provincial, en una celda especial al tenerse en cuenta su condición de paciente psiquiátrica.
Alevosía. Ayer, el juez Massi, quien debía definir si le dictaba la prisión preventiva a la mujer por el crimen del pequeño. En ese sentido, debía decidir tras el pedido de fiscal del caso, Leandro Heredia, que consideró a Cruz como responsable del delito de "homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía".
En su presentación, el instructor tomó en cuenta tanto los antecedentes de agresiones de Cruz contra sus hijos, como las presentaciones policiales hechas previamente por el padre de los chicos.
El niño Martín Vázquez fue ahogado en el jacuzzi del domicilio que compartía con una de sus hermanas y su madre, el pasado 20 de marzo.
Cruz fue encontrada con los brazos cortados por un aparente intento de suicidio y en estado de shock, mientras que las paredes de la casa contenían grafitis dirigidos contra Carlos Vázquez, su ex esposo y padre de sus hijos.
Posteriormente, a la salida de la fiscalía y después de negarse a declarar, la mujer admitió ante el cronista de un canal de televisión que había matado al chico para "cagar al padre".
Con esa afirmación, había sustentado la hipótesis de que el filicidio obedeció al despecho provocado por la decisión del padre de sus hijos de terminar con el matrimonio, tomada a fines del año pasado.
Hubo sobreexposición
El defensor oficial que representaba a Adriana Cruz, acusada de matar a su hijo, había solicitado a la justicia que mantuvieran “cuidados intensivos, para evitar este tipo de situaciones”.
Juan Stassi, aseguró que “no se resguardó debidamente” a la imputada y cuestionó el desempeño del fiscal y del juez del caso porque consideró que “hubo una sobreexposición innecesaria del caso”.
“Desde el momento en que Cruz fue aprehendida, tanto el personal médico de San Vicente como los peritos oficiales recomendaron que debía haber cuidados intensivos, ya que había claras intenciones suicidas”, dijo el defensor oficial.
“Por eso se solicitó la internación de Cruz en una unidad donde pudiera tener la asistencia psiquiátrica necesaria, para prevenir cualquier acto de estas características”, aclaró el letrado.