"Quiero volver a trabajar. Estoy con todas las pilas para volver a mi vida de todos los días. Estaba desesperado por agarrar la llave de mi negocio, que es el fuerte para darle de comer a mi familia, que es un grupo grande". Así habló ayer a la tarde el carnicero Daniel Oyarzún —acusado de homicidio simple tras haber matado a un ladrón— luego de pasar su primer día en libertad.
El joven comerciante de 37 años de la ciudad de Zárate, a 240 kilómetros de Rosario, dijo: "La primera noche descansé gracias a la seguridad que me brindan, que es lo principal. El reencuentro con mis hijas y mi mujer fue muy bueno. Hoy volví al local y saqué todo lo que se me pudrió de la carnicería", relató.
En la cuadra del local cuatro patrulleros custodiaban el lugar, luego de que durante la mañana aparecieran cuatro casquillos de bala en la puerta del negocio, como un supuesto mensaje amenazante.
Ante la pregunta sobre la aparición de esas vainas, fue la abogada de Oyarzún quien tomó la palabra: "Por supuesto que es algo que se tendrá que investigar, pero no forma parte de la causa ni lo tomamos como un hecho intimidatorio", dijo Camila Van Lacke, abogada que acompaña en la defensa de Oyarzún al principal letrado, Ricardo Izquierdo.
La carnicería seguirá cerrada hasta tanto culminen los peritajes, pero Oyarzún dijo que no ve la hora de estar frente al mostrador: "Ya dejé la carnicería limpita, con un olorcito lindo, que es el que nunca se tendría que haber ido", manifestó.
"Billy" Oyarzún vivió una semana que le cambiará la vida. El viernes fue finalmente liberado de la cárcel luego de estar detenido desde el martes, día en que sufrió un robo, persiguió, chocó y mató a Brian González, uno de los dos delincuentes que habían irrumpido en su negocio.
Las vainas halladas ayer por la familia, interpretadas por parte de la policía como un claro mensaje intimidatorio, demorarán los peritajes que deben completar los efectivos y fiscales, que sí analizaron completamente los rastros y las muestras que quedaron en el interior del local, llamado "Biily Yoou".
"Tiene que pagar". El viernes el papá del delincuente muerto, Brian González, dijo que el carnicero "tiene que pagar" por el acto que cometió.
El hombre, que prefirió no revelar su nombre de pila ni mostrarse ante las cámaras de televisión, manifestó: "Nosotros queremos justicia. Y que (Oyarzún) tenga que pagar por lo que hizo estando preso. Nosotros no vamos a buscar venganza, porque somos muy creyentes, y cuando la justicia del hombre falla, hay una justicia divina que se va a hacer cargo", dijo a radio La Red.
El matrimonio Oyarzún (Daniel y Noemí, su esposa) concurrió ayer temprano a la carnicería para acondicionarla y poder abrir las puertas al público el lunes. Allí advirtieron las vainas. Dos patrullas de la policía bonaerense llegaron hasta la esquina del local para analizar los elementos hallados.
El abogado defensor, Ricardo Izquierdo, a diferencia de su socia Van Lacke, sí acrecentó las sospechas al opinar que "es seguro que van a ir apareciendo muchos factores en la causa de Oyarzún. Hoy pasa esto y mañana seguro van a encontrar otras cosas, sabemos que nada va a ser fácil para ellos".
El letrado también consideró que "hay que dejar que la policía trabaje en el hallazgo de los casquillos", y ratificó que "la familia del carnicero va a volver a su trabajo el lunes como toda la vida lo hicieron".
Camila Van Lacke dijo que buscará explicaciones sobre qué hacía la guardia de seguridad que la policía provincial colocó en el barrio para brindar seguridad al carnicero.
Si bien aclaró que no quería "intervenir en facultades de la policía", la abogada aseguró que "le compete al Estado" determinar "qué estaban haciendo los efectivos cuando debieron haber velado por la seguridad de mi cliente".
La defensora afirmó que Oyarzún y su familia no estaban interesados en ingresar a un sistema de protección que implique cambiar su rutina de vida. "Tanto la cara de Daniel como de su familia salieron por los medios. No tiene más interés de vivir como lo hace", añadió.
En diálogo con un canal de cable, recordó que se trata de "una familia humilde que no tiene intenciones de alterar su vida cotidiana".
Cuando le preguntaron si la familia del carnicero está en peligro, la abogada respondió: "Hasta ahora no quiero decir eso, quiero creer que el Estado está cumpliendo con sus tareas de seguridad".
Oyarzún quedó acusado del delito de "homicidio simple" y el viernes, al quedar en libertad, en realidad fue beneficiado con una "excarcelación extraordinaria", dispuesta por la jueza de Garantías de Zárate-Campana Graciela Cione. La magistrada decidió liberarla tras una audiencia privada que mantuvo con él en Campana.
Apenas recuperó su libertad, y al llegar a su casa donde habló con los medios, Oyarzún dijo que "si pudiera volvería el tiempo atrás" ya que está "arrepentido totalmente" de lo que hizo.
El carnicero, flanqueado por su esposa, manifestó allí que "sólo lo quise parar, seguirlo (al delincuente finalmente muerto) para recuperar lo que es mío. No sé lo que me pasó en ese momento", tras lo cual aclaró que tiene "miedo" por lo que pueda pasarle a él y a su familia.
La ciudad de Zárate, con 100 mil habitantes, está ubicada a 240 kilómetros de Rosario y a 90 km de Capital Federal, entre ambas ciudades.
Se trata de una ciudad ribereña del río Paraná a la que se puede acceder mediante la autopista Buenos Aires-Rosario. Junto con la ciudad de Campana forma un aglomerado urbano de casi 190 mil pobladores. El puente Zárate-Brazo Largo, declarado Monumento Histórico Nacional y uno de los iconos de la región, es uno de los principales accesos a la mesopotamia y uno de los importantes cruces del río Paraná junto con el puente Rosario-Victoria.