El Papa Francisco pidió ayer que "el ejemplo" del obispo Enrique Angelelli y los otros tres mártires riojanos asesinados por sicarios de la dictadura cívica militar en 1976 que anteayer fueron declarados beatos "apoyen a los que trabajan por una sociedad más justa y solidaria".
"Ayer (por el sábado), en La Rioja, Argentina, fueron proclamados beatos Enrique Angel Angelelli, obispo diocesano; Carlos de Dios Murias, franciscano conventual; Gabriel Longueville, sacerdote fidei donum; y Wenceslao Pedernera, catequista, padre de familia", repasó el pontífice durante el rezo del Regina Coeli, la oración que reemplaza al tradicional Angelus en las semanas siguientes a la Pascua.
"Estos mártires de la fe fueron perseguidos por la justicia y la caridad evangélicas", agregó Jorge Bergoglio un día después de la misa de beatificación que celebró el delegado papal, el cardenal italiano Angelo Becciu, frente a miles de peregrinos en el Parque de la Ciudad riojano.
"Que su ejemplo y su intercesión apoyen en particular a los que trabajan por una sociedad más justa y solidaria", pidió el Papa, quien el año pasado había firmado el decreto autorizando la beatificación al considerar que los cuatro mártires fueron asesinados "in odium fidei" (en odio a la fe).
"Uno de ellos era francés, y había ido de misionero a Argentina, los otros tres, argentinos. Hagamos un aplauso a los nuevos beatos", convocó desde el balcón del Palacio Apostólico a los fieles que escuchaban en la Plaza San Pedro.
Anteayer, el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos expresó que Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico catequista Wenceslao Pedernera desarrollaban su acción pastoral "atenta a la promoción de los estratos más débiles, a la defensa de su dignidad y a la formación de las conciencias, en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia, para intentar ofrecer soluciones a los múltiples problemas sociales".
La misa fue presidida por Becciu y concelebrada por el nuncio apostólico en Argentina, León Kalenga Badikebele, y unos 40 obispos de distintas diócesis del país, entre ellos el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea. Antes de iniciado el proceso de beatificación, la Justicia civil confirmó que Angelelli murió en medio de un accidente provocado por la encerrona que le hicieron sicarios de la dictadura cívico militar en un tramo de la ruta, a pocos kilómetros de Chamical, de donde venía tras haber participado del velorio de Murias y Longeville, torturados y fusilados tras ser llevados por hombres uniformados a la base aérea de esa ciudad el 18 de julio de 1976. Pedernera, quien integró el movimiento rural de la Acción Católica, estaba casado y tenía tres hijas, fue acribillado en Chilecito el 24 de julio por un grupo de sicarios delante de su familia.