Buenos Aires.- Laura Di Battista, la mujer que sobrevivió a un naufragio y a
mantenerse a flote doce horas en el Río de la Plata, consideró hoy como “una prueba más que
de amor” al tremendo esfuerzo que realizó su novio, Luis Crespo, quien nadó seis kilómetros
contra la corriente para solicitar ayuda a la Prefectura, que finalmente logró realizar un rescate
exitoso.
“Saqué fuerzas de la desesperación”, sostuvo Crespo al intentar encontrar una
explicación para su maratónica aventura, ocurrida el martes pasado, cuando la lancha en la que
regresaban desde Colonia, Uruguay, naufragó en medio del río.
La odisea se inició a las 15.15, cuando la pequeña embarcación, en la que la pareja viajaba
rumbo al puerto platense de Ensenada zozobró, y ambos quedaron a merced de las aguas, sin radio ni
teléfonos celulares para pedir auxilio.
Como Laura -una arquitecta de 37 años- se había descompuesto sobre la embarcación y no podía
nadar hacia la ribera, Luis -un piloto civil de 45- decidió colocarle un salvavidas adicional para
que se mantuviera a flote, y emprender una extraordinaria carrera por su vida y la de su mujer.
En medio del agua, llevada por la corriente, Laura se mantuvo “haciendo la plancha”
doce horas: “Para mí fue una vida, mi vida entera replanteándome cosas: momentos que no había
vivido, pedís perdón a todo el mundo por no haber estado en muchas oportunidades. Le decía a él
(por Luis) que lo amaba, que lo iba a esperar, que amaba a mis hijas”.
“Tengo una hija de 14 y otra 10. Le pedí a la Virgen María Auxiliadora que las ayudara,
las iluminara”, se decía Laura, en medio del frío que empezaba a doblegarla, la noche que se
cerraba y las olas de más de un metro que empezaban a generarse en la zona.
Pero la ayuda llegó a tiempo para que la historia tuviera su final feliz: Luis llegó a tierra,
dio aviso a la Prefectura y, tras un vasto operativo que incluyó un helicóptero con reflector,
Laura fue rescatada a las dos de la mañana, en buenas condiciones de salud.
Al ser subida a un buque, lo primero que pensó la mujer fue en su pareja: “Les dije 'él
está en el agua', y me respondieron 'no, está en tierra'. Ahí empecé a llorar fuertemente,
muchísimo, pero me tranquilicé porque sabía que él estaba bien. Y cuando lo vi le di el beso más
fuerte de mi vida”, relató al ser entrevistada esta mañana por varias radios porteñas.
“Hemos ido otras veces a Colonia en diferentes embarcaciones. Supuestamente estaba todo
perfecto, hasta que empezó a entrar agua, la lancha se abrió y nosotros quedamos en el agua.
Perdimos absolutamente todo”, relató la mujer.
Laura recordó, en diálogos con radio Mitre y Continental, que Luis “me hizo poner el otro
salvavidas. Yo estaba muy descompuesta, no tenía fuerzas para nadar. El río me llevaba cada vez más
para adentro. Me dijo 'hacé la plancha, no te muevas'”.
“En principio -indicó Luis al canal TN- le exigí que nadara, pero no me seguía. Cuando vi
que no podía y que no íbamos a llegar a ningún lado, le pedí que aguantara, que hiciera la plancha
y yo me fui alejando”.
El hombre debió luchar a brazo partido -“fue nadar durante muchas horas, el río me llevaba
hacia otro lado”- pero logró llegar a tierra firme “a las 23.30. Pude pedir ayuda, y a
las dos de la mañana ya la habían rescatado”.
“Pensé que no me iba a dar el cuerpo, saqué fuerzas de la desesperación”,
reconoció.
Laura debió ser internada unas horas, pero pronto fue dada de alta, cuando su cuerpo descansó y
pasaron los efectos de la hipotermia.
A pesar del mal trago, la arquitecta dejó la clínica con una sonrisa: “Fue una prueba más
que de amor. Hace un año que estamos juntos, y esto nos unió más todavía. Estábamos bien, esto nos
unió mucho más. Ahora, cada 24 vamos a festejar juntos nuestro segundo cumpleaños”. (DyN)