El juez federal Sebastián Casanello ordenó anoche la detención del empresario Adrián Conci, organizador de la fiesta electrónica Time Warp, en la que murieron cinco jóvenes.
El juez federal Sebastián Casanello ordenó anoche la detención del empresario Adrián Conci, organizador de la fiesta electrónica Time Warp, en la que murieron cinco jóvenes.
De esa manera, Casanello dio lugar al pedido que horas antes había efectuado el fiscal federal Federico Delgado con el presidente de Dell Producciones, la empresa a cargo del evento que se realizó en el Complejo Costa Salguero, como responsable por los hechos trágicos.
El magistrado le había ordenado antes a Conci que no saliera del país, mientras que éste, que hasta anoche no se había entregado a la Justicia, planteó la eximición de prisión a través de sus abogados para "facilitar la investigación".
El juez dio lugar al pedido de Delgado, quien en su presentación le adjudica al empresario responsabilidad en la "venta de drogas organizada, administración de la necesidad de hidratarse, alta temperatura, hacinamiento, y falta de ventilación y ventanas" en el lugar donde se realizaba la fiesta.
Además, tuvo en cuenta que a partir de las 4,30 de la madrugada del sábado se incrementó "exponencialmente la cantidad de pacientes de gravedad que presentaban signos de intoxicación".
"La venta de droga organizada, la regulación de ese 'mercado', el hacinamiento y el calor colocó al responsable del evento también como responsable de los hechos. Si bien la intensidad de esa responsabilidad se va a determinar con el devenir de la investigación, así como también la existencia de otros responsables, ya hay elementos suficientes como para disponer su inmediata detención", advirtió el fiscal en su pedido.
"Pero no solo se racionó la venta de bebidas. También, según algunos testigos, la red de agua corriente se cerró a la madrugada. Para completar el cuadro, los organizadores fueron indiferentes a las convulsiones de las víctimas. Durante 15 minutos sólo miraron y oyeron los gritos de auxilio de los demás. Cuando llegó el Same en parte era tarde", indicó.
En tanto, cuatro de los cinco jóvenes que fueron internados continuaban ayer con pronóstico reservado, mientras que el quinto respondía en forma favorable. Tres jóvenes atendidos en el Hospital Fernández y otro derivado al Argerich se encuentran en estado de coma, con asistencia respiratoria, además de compromiso hepático y renal.
Los análisis clínicos demostraron que los pacientes habían consumido "metanfetaminas y éxtasis".
Carlos Sedeillán, padre del quinto chico que evoluciona mejor, afirmó que según comentarios "era todo un descontrol y se la pasaban vendiendo drogas". "Cada dos minutos alguien te ofrecía algo distinto", sostuvo.
Causa. La causa se inició a cargo de los fiscales Sandro Abraldes y Diego Iglesias, este último de la Procuraduría de Narcocriminalidad, pero el domingo por la tarde pasó al fuero federal a raíz de la venta de drogas que se investiga existió dentro del predio de Costa Salguero.
A primera hora de ayer, por orden del juez Casanello se dispuso una inspección ocular en predio de Costa Salguero a cargo de la división Precursores Químicos de la Policía Federal.
En la investigación se encontró un contrato entre Prefectura Naval Argentina y los organizadores del evento por 30.000 pesos "en concepto de adicionales".
En su requerimiento presentado ante el juez, el fiscal también pidió que se profundice la investigación respecto de las empresas de seguridad privada "Siseg SRL" y el grupo "Semec SRL", esta última a cargo de la asistencia sanitaria en el evento.
"Más allá del evento musical o a propósito de él, se montó todo un dispositivo de venta de drogas que tomó un cariz dramático pero real, en la medida que dentro de ese mercado que fue la Time Warp, se suscitaron diversas situaciones que agravaron el curso del evento", sostuvo el fiscal.
Entre otros elementos, el fiscal señaló que hubo "baños colapsados, nula ventilación, ambiente sin ventanas y sin ventiladores, altísimas temperaturas, grandes colas de personas para acceder a la compra de botellas de agua (más de una hora de tiempo) las cuales se vendían a $40 pesos e incluso se llegaban a pagar $100 si en la caja no tenían cambio".
"Es inevitable pensar en Cromañón", concluyó.