Unas 15 mil personas de distintas partes del mundo cerraron ayer en la localidad mendocina de Punta de Vacas la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, que comenzó el 2 de octubre en Wellington, Nueva Zelanda.
Unas 15 mil personas de distintas partes del mundo cerraron ayer en la localidad mendocina de Punta de Vacas la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, que comenzó el 2 de octubre en Wellington, Nueva Zelanda.
Apostados desde temprano al pie del Aconcagua con banderas de diferentes países y banderines anaranjados que simbolizan la paz, la multitud acompañó los discursos de militantes del humanismo y la paz procedentes de España, India, Italia, Filipinas, Inglaterra, Chile y Argentina.
Días atrás, durante su paso por Buenos Aires rumbo a Mendoza, los dirigentes fueron recibidos por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien adhirió a la movilización junto a otros jefes de Estado.
En un clima festivo, de confraternidad y esperanza, los representantes de Bolivia se vistieron con sus ropas típicas y, con bailes populares, iniciaron un colorido recorrido hasta el escenario donde los oradores del denominado "grupo base" dieron su mensaje.
El primero de ellos fue el español Rafael de la Rubia, quien destacó que ya hay "parlamentos que están trabajando por el desarme". "Hemos visto países donde se están cerrando bases extranjeras, hemos pasado por regiones libres de armas nucleares", enfatizó.
Luego hicieron uso de la palabra Bhairavi Sagar, de India; Giorgio Schultze, de Italia; Gemma Suzara, de Filipinas; Tony Robinson, de Inglaterra, y Pía Figueroa, de Chile, quien resaltó la necesidad de construir "el nuevo puente de la nación universal".
"Hoy termina la marcha, pero hoy mismo se levantan las voces de miles y miles que han decidido cambiar el mundo", aseguró Figueroa.
También dio su mensaje la argentina Sandra Amor, quien hizo referencia a que "tantas veces hemos soñado la sonrisa, hemos pedido al cielo por la familia, por nuestros hijos, por el futuro, y tantas veces nos hemos quedado quietos, con temor; hasta esta marcha, que, así como las estrellas fugaces dejan su marca en el cielo, esta caminata ha dejado su estela en nuestros corazones".
Finalmente fue el turno del chileno Tomás Hirsch, vocero latinoamericano de la Marcha mundial, quien habló sobre la "convergencia de las culturas, que busca el diálogo entre la diversidad y el encuentro de ellas en su momento de mayor grandeza, cuando logran respetar al ser humano sobre cualquier otra verdad".
La Marcha Mundial por la Paz contó con adhesiones de personalidades como Yoko Ono, Rigoberta Menchú, José Saramago, Desmond Tutu, Evo Morales, Michele Bachelet, Joan Manuel Serrat, Juanes, Viggo Mortensen, entre otros. l (DyN)