Santi Maratea se volvió el foco de la polémica luego de que no asistió a declarar en la audiencia judicial del pasado 26 de septiembre por la denuncia del Colegio de Nutricionistas bonaerense en su contra. Se lo acusa de promocionar recomendaciones alimenticias en sus redes sociales sin tener el título habilitante requerido.
La inasistencia del influencer a la citación del Juzgado Correccional Nº2 de La Plata llevó a las autoridades a buscarlo activamente por los domicilios informados para que brinde su testimonio sobre el caso, aunque no pudieron encontrarlo.
La causa penal iniciada por la entidad de salud de la provincia de Buenos Aires argumenta que el activista de colectas solidarias estaba ejerciendo ilegalmente la profesión. El punto clave de la polémica fue cuando habló públicamente en un video acerca del producto "No Carb", una especie de té que "ayuda a adelgazar", situación que generó preocupación en los nutricionistas por el peligro de la falsa publicidad a gran escala.
Maratea fue notificado de la citación de hace dos semanas pero, a pesar de ello, decidió no presentarse. Al momento de dar con su paradero, los funcionarios judiciales detectaron ciertas inconsistencias en cuanto al domicilio fiscal proporcionado por el implicado y el que se encuentra registrado en el RENAPER. Frente a ello, el tribunal dispuso nuevas medidas de localización para asegurar su comparecencia y la posibilidad de aplicar sanciones más severas en caso de seguir ausentándose.
El conflicto entre Maratea y los nutricionistas
Los cruces entre el influencer y los especialistas de la salud estaban latentes desde hace mucho tiempo, pero esta causa marcó un antes y después en el conflicto. El mediático, al momento de promocionar esta especie de té, dijo: "Si lo quieren probar, háganlo con información, no como los nutricionistas arrogantes que, a pesar de tener un título, no investigan y desinforman".
Por el otro lado, el Colegio de Nutricionistas bonaerense remarcó el peligro que representa para la salud pública promocionar mensajes y productos alimentarios sin la formación ni la habilitación correspondiente. El caso reaviva la discusión sobre la responsabilidad que tienen las celebridades públicas al difundir contenidos vinculados con a la salud y la nutrición.