El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) aseguró ayer que la tuberculosis es la causa más común de ingreso hospitalario y muerte entre personas que viven con virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y que causa unos 400.000 decesos por año.
En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebró ayer, el organismo emitió un comunicado de prensa en que el informa que en 2015 "1,1 millón de personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida y, de ellas, cerca de 400.000 (de las cuales 40.000 eran niños) murieron de tuberculosis".
"Resulta inaceptable que tantas personas que viven con el VIH mueran de tuberculosis y que la mayoría de casos no se diagnostiquen ni se traten", señaló Michel Sidibé, director de ONUsida, quien destacó que "solo si se fomenta la colaboración entre los programas de VIH y tuberculosis para acelerar la acción conjunta podrán alcanzarse importantes metas en la materia a nivel mundial".
Según el informe, en la República Democrática del Congo (África Central), India, Indonesia, Mozambique (sureste de África), Sudáfrica, la República Unida de Tanzania (costa este de África) y Zambia (centro sur africano) se producen el "70 por ciento de todas las muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH".
En el último encuentro de las Naciones Unidas sobre el Sida, realizado el año pasado, los estados parte se comprometieron a reducir "las muertes relacionadas con la tuberculosis entre las personas que viven con el VIH en un 75 por ciento para 2020".
Esta meta, considerada "ambiciosa" por el organismo, podría alcanzarse con "la intensificación de acciones" en los países con perores registros, donde actualmente se observan graves carencias en los sistemas sanitarios que producen deficiencias en los diagnósticos de tuberculosis de personas que viven con el virus.
En este sentido, el documento remarcó que en 2015, cerca del "57 por ciento de los casos de tuberculosis relacionados con el VIH seguían sin tratarse", además de señalar que "otros factores que no ayudan" son los "vínculos inadecuados con la atención médica tras el diagnóstico, un escaso acompañamiento, la falta de seguimiento y la incapacidad para llegar a las personas con más riesgo de contraer la enfermedad".
"En particular, las poblaciones marginadas, entre ellas las personas que se inyectan drogas, presos y trabajadores migrantes, así como los resultados poco satisfactorios de los tratamientos", según el texto.
La tuberculosis es causada por el bacilo de Koch o Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones; se trata de una afección curable si es tratada a tiempo y que se puede prevenir.
La infección se transmite de persona a persona a través del aire: cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire y basta con que una persona inhale unos pocos para quedar infectada.
La tuberculosis es una de las 10 principales causas de mortalidad en el mundo.
En 2015, 10,4 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1,8 millones murieron por esta enfermedad (entre ellos, las 400 mil personas con VIH).
De estos decesos, más del 95 por ciento se producen en países de ingresos bajos y medianos.
Los países de ingresos bajos y medios soportan el 90 por ciento de la carga de la enfermedad.
Seis países (India, Indonesia, China, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica) acumulan el 60 por ciento de los nuevos casos que se detectan, según el último informe global sobre tuberculosis de la OMS.
Este trabajo calcula que entre 2000 y 2015 el tratamiento ha evitado 49 millones de muertes en todo el mundo pero resta mucho por hacer más eficiente.
La incidencia global de tuberculosis cayó solo un 1,5 por ciento entre 2014 y 2015, alertó la OMS, lo que quiere decir que no se va a alcanzar el objetivo de reducción y eliminación de la estrategia End TB a menos que el porcentaje suba a un cuatro o cinco por ciento anual antes de 2020.
El ritmo tan lento de descenso se considera un fracaso en términos de salud pública.
La tasa de mortalidad ha descendido casi un 50 por ciento en los últimos 25 años, en gran parte gracias a las inversiones del Fondo Mundial de lucha contra sida, tuberculosis y malaria. España dejó de donar a este fondo en 2011.
Multirresistencia
La bacteria de la tuberculosis ha desarrollado resistencia a los antibióticos que se usan contra ella, lo que hace cada vez más difícil luchar contra esta enfermedad. Esta variante se conoce como tuberculosis multirresistente (MDR-TB, por su abreviación en inglés) y su incidencia en Europa es del 4,1 por ciento, con grandes diferencias por países. Estonia y Lituania rondan el 20 por ciento, mientras Irlanda apenas tiene un 0,5 por ciento.
Los países que más sufren el problema de la tuberculosis multirresistente también son los que están en vías de desarrollo.
El acceso a los antibióticos que se usan contra esta variante de la enfermedad es aún más escaso que con el tratamiento de la tuberculosis común, que apenas reciben seis de cada diez personas que lo necesitan.
pacientes. Hospital de Kinshasa, capital de Congo. Muchos pacientes arriban con la enfermedad muy avanzada.