La primera nave espacial estadounidense no tripulada que intenta posarse en la Luna en más de medio siglo despegó con éxito en la madrugada de este lunes, en el marco de una misión privada, pero horas después la empresa que construyó el aparato reportó problemas técnicos que le impide apuntar sus paneles solares hacia el Sol, lo que hace temer el fracaso de la expedición.
El cohete Vulcan Centaur, de United Launch Alliance (ULA), despegó en su viaje inaugural de la estación espacial de Cabo Cañaveral, en el Estado de Florida, a las 2.18 locales (4.18 hora argentina), transportando el módulo lunar Peregrine de la fabricante estadounidense Astrobotic, que logró la separación exitosa una hora después del lanzamiento.
Pero los equipos de control en tierra no pudieron apuntar la nave espacial no tripulada de forma correcta hacia el Sol, acción necesaria para que sus paneles solares alcancen la máxima generación de energía para los sistemas del Peregrine.
“El equipo cree que la posible causa del inestable apuntamiento hacia el Sol es una anomalía de la propulsión que, de probarse, amenaza la capacidad de la nave para un aterrizaje suave sobre la Luna”, precisó Astrobotic en su cuenta de la red social X.
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La empresa agregó que la falla del sistema de propulsión estaría causando una "pérdida crítica" de impulso y que el equipo intentaba estabilizar la nave, aunque ya evaluaban buscar un "perfil alternativo" a la misión, en caso de que no pudiera realizarse.
Peregrine debía alcanzar la órbita lunar y mantenerse allí por varias semanas antes de alunizar en una región de latitud media llamada Sinus Viscositatis, o Bahía de la Pegajosidad, el 23 de febrero.
A bordo del Peregrine hay un conjunto de instrumentos científicos que servirán para estudiar la radiación y la composición de la superficie lunar, lo que permitiría allanar camino para el retorno de los astronautas. También transporta un vehículo del tamaño de una caja de zapatos construido por la Universidad Carnegie Mellon, un bitcoin físico y restos cremados y ADN, incluidos los del creador de Star Trek, Gene Roddenberry, el legendario autor y científico de ciencia ficción Arthur C. Clarke y un perro.
Hasta ahora, sólo un puñado de agencias espaciales nacionales lograron realizar un alunizaje suave en el satélite natural de la Tierra: la Unión Soviética fue la primera, en 1966, seguida por Estados Unidos, que sigue siendo el único país que llevó humanos a la Luna.
China tocó la superficie con éxito tres veces durante la última década, mientras que India fue la más reciente en lograr la hazaña en su segundo intento, el año pasado.
Estados Unidos está recurriendo al sector privado en un esfuerzo por estimular una economía lunar más amplia y enviar su propia nave a bajo costo, bajo el programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS).
La agencia espacial estadounidense Nasa le pagó a Astrobotic más de 100 millones de dólares por la misión, mientras que otra empresa contratada, Intuitive Machines, con sede en Houston, pretende lanzar su cohete en febrero y posarlo cerca del polo sur de la Luna.
“Creemos que permitirá viajes más rentables y más rápidos a la superficie lunar para prepararse para Artemis”, afirmó Joel Kearns, administrador asociado adjunto de exploración de la Nasa.