Laura Milano, la organizadora de la polémica muestra de Posporno en la sede de una facultad porteña, dijo que el revuelo que se armó luego de ese episodio le pareció "completamente desmedido", aseguró que se trató de "una actividad pequeña que había sido promocionada a través de las redes sociales" y sostuvo que contó con un público que no no más de 30 personas, "más los estudiantes que por allí pasaban y que siguieron su curso hacia las aulas”.
Milano, en una nota con el diario Perfil, aseguró sobre la repercusión de la muestra: “Me pareció totalmente descontextualizado y anclado en la búsqueda de lo escandaloso, dando como resultado un relato sesgado y cargado de valoraciones morales. Lo cual habla de que la sexualidad sigue siendo uno de los campos de mayor disputa de sentidos".
“A pesar de que se haya tergiversado complemente la acción precisa que realizamos y el sentido político y disidente de la pospornografía, creo que es interesante que haya trascendido las fronteras seguras del público convencido y acostumbrado para entrar en contacto con un público ampliado. Muchas personas estarán sintiendo un rechazo visceral acerca de lo que aconteció en la facultad de Ciencias Sociales (y que como dice el dicho: lo vieron por TV). Para otras, fue la excusa para empezar a hablar de la sexualidad con más inquietudes que prejuicios y pedidos de sanciones”, aseguró.
Milano contó que organizó la muestra con las docentes que coordinan el Área de Comunicación, Géneros y Sexualidades y otras compañeras activistas del posporno porteño. “Pensamos llevar estas prácticas artístico-políticas a la facultad en el marco del ciclo Miércoles de Placer que coordina el Área. En este ciclo, que se realiza desde 2012, se hacen encuentros culturales en los que -luego de una propuesta artística concreta- se desarrolla un debate que permita abrir nuevos sentidos en torno al género y las sexualidades”, sostuvo. Y agregó que se busca “contribuir -desde los lenguajes artísticos- a debates y reflexiones acerca de la sexualidad, las corporalidades, las identidades, etcétera”.
En relación a quienes fueron las personas que participaron junto a ella en la acción, sostuvo que “los medios ya se ocuparon de hablar bastante” pero aclaró que “quienes participamos somos un grupo de activistas/artistas locales vinculados al posporno y -como invitadas nuestras para la acción y el posterior debate- estuvo presente el colectivo español PostOp”.
“Cada uno de los artistas/activistas eligió la escena concreta que iba a realizar durante la performance. La propuesta era mostrar o compartir experiencias sexuales no convencionales para ampliar el imaginario porno”, relató Milano y contó que ella eligió “trabajar con la estimulación sonora y -durante los 20 minutos que duró la acción en el hall- estuve susurrando poemas y sonidos a quiénes pasaban por allí o a quienes se quedaban a ver”, contó. Y añadió que “sucedían otras escenas que las que se mostraron de forma descontextualizada en las noticias”.
También contó que ya se han realizado acciones como esas en muchos espacios y que “de hecho, muchas performance posporno se realizan en el espacio público y no hay mayor trascendencia de estas acciones”.
“La jornada posporno estaba compuesta por una intervención/performance, mas una charla-debate posterior. La charla tenía la intención de debatir acerca de sexualidades, disidencias, corporalidades, deseos, prácticas sexuales normativas, diversidad funcional, espacio público, conocimiento, aprendizaje y agencia, alianzas transfeministas, medios de comunicación, cultura de masas y pornografía, géneros, entre otros temas”, detalló y contó que allí se “recuperó la experiencia que todos -performers y espectadores- habíamos tenido en el hall y nos sirvió para debatir sobre el lugar del cuerpo en la universidad como institución y en las teorías que allí estudiamos y/o producimos como investigadores sociales”, informó.
“Se realizaron ambas actividades, tal como teníamos previsto. En el estudio de TV en el que realizamos la charla no había señal, así que no nos enteramos del revuelo en las redes sociales hasta que terminamos la jornada y salimos del edificio”, contó Milano.
El viernes pasado, la Fiscalía N° 35 y la Comisaría 16 de la Policía Federal abrieron de oficio una investigación por el posible delito de "exhibiciones obscenas" que reprime a quien ejecute o hiciese ejecutar por otros actos de exhibiciones expuestas a ser vistas involuntariamente por terceros. Sin embargo, Milano asegura no estar al tanto y no tener una opinión al respecto.