Los cerca de 500 antitaurinos que se manifestaron hoy en Tordesillas contra el polémico torneo del Toro de la Vega no pudieron evitar la muerte de Rompesuelas, un astado de 640 kilos que fue abatido a lanzazos en el polémico festejo celebrado en esta localidad del interior de España.
La tensión y los enfrentamientos marcaron el desarrollo del evento, que tiene lugar cada segundo martes de septiembre en este pueblo de Valladolid, donde un toro es soltado y conducido hasta campo abierto y, una vez allí, perseguido a pie y a caballo por decenas de personas que, armadas con lanzas, tratan de darle muerte.
“¡Asesinos!”, gritaban hoy los antitaurinos a los participantes en el festejo, que fue declarado nulo y sin vendedor, al considerar el jurado que no se cumplió el reglamento. Para Rompesuelas, la decisión llegó tarde: murió tras ser abatido en movimiento y detrás de un pino, algo que no está permitido.
Como suele ser habitual en los últimos años, el Toro de la Vega se celebró en medio de una gran tensión entre los defensores del evento, muchos de ellos vecinos de Tordesillas, y los que lo consideran una “barbarie”, llegados desde ciudades y pueblos de todo el país.
“¡Tordesillas, vergüenza nacional!”, gritaba uno de los grupos ante los que esperaban, lanza en mano, el arranque del festejo. “Piojosos, fuera de aquí”, les increpaban los otros. Hubo empujones y algunos golpes entre bandos, especialmente cuando los afines a la celebración del torneo intentaron echar de allí a los antitaurinos.
Minutos antes de la suelta del animal por las calles del pueblo y ante un gran despliegue policial, un grupo de personas bloqueó una parte del recorrido. Los organizadores dieron inicio al festejo sin previo aviso y el animal pasó a apenas un metro de los manifestantes.
Ante la gran presencia mediática, los defensores del Toro de la Vega trataron de boicotear un año más el trabajo de camarógrafos y periodistas, que acudieron a Tordesillas para grabar e informar sobre el torneo y la polémica que suscita. Un reportero del canal Telecinco fue agredido mientras trabajaba.
“Fue un momento de mucha tensión porque taurinos y antitaurinos se estaban insultando. Estábamos recogiendo declaraciones y, de repente, un chico se tapó la cara y me dio un palazo”, explicó a dpa el agredido, que fue golpeado con una vara de madera en la mano y en la cara.
“A mí también me amenazaron. Mientras grababa, me iban diciendo al oído que me iban a matar, que me iban a romper la cabeza”, aseguró su compañero, camarógrafo.
Varios medios de comunicación sufrieron, además, cortes en los cables de sus equipos técnicos, con la intención de impedir la grabación y retransmisión en directo del desarrollo del evento.
El Consistorio de Tordesillas, gobernado por el Partido Socialista (PSOE), recibió en las últimas semanas presiones pidiendo su suspensión. El partido animalista PACMA recogió 120.000 firmas que envió a su alcalde.
Hoy, los socialistas aseguraron que pondrán fin a este festejo si llegan al gobierno del país tras las elecciones generales del próximo diciembre, y que lo harán a través de una ley contra el maltrato animal que impedirá este tipo de prácticas.
La polémica llegó hasta el Congreso de los Diputados de Madrid, donde el ministro de Justicia español, Rafael Catalá, dijo ante los periodistas que el torneo “no está prohibido” y que forma parte de las tradiciones “históricas y culturales” del país.
El pasado sábado, miles de personas se manifestaron en la céntrica Puerta del Sol de Madrid para pedir su abolición.