Google anunció este martes que permitirá un acceso público, pero restringido y en solo dos países, EEUU y Reino Unido, a su chatbot "Bard", que la compañía desarrolla para competir con el exitoso ChatGPt de OpenAI y Microsoft. A diferencia de estas empresas, que lanzaron a fines de noviembre al popular ChatGPT para uso público sin limitaciones, Google es más cuidadoso con sus herramientas de Inteligencia Artificial (IA). Teme a que malas respuestas del chatbot dañen la reputación de su producto estrella, el buscador Chrome. Ya sufrió un terrible tropezón al presentarlo, cuando cometió un error grosero que le costó 100 mil millones de dólares en su cotización de Bolsa.
En la próxima etapa de "Bard", Google está abriendo una lista de espera para usar esta inteligencia artificial que es similar a la tecnología ChatGPT, que Microsoft comenzó a implementar en su motor de búsqueda Bing con mucha publicidad el mes pasado. Y la semana pasada, Microsoft incorporó más tecnología impulsada por IA en sus programas de procesamiento de textos, hojas de cálculo y presentación de imágenes con una nueva característica llamada Copilot .
Hasta ahora, Bard solo había estado disponible para un pequeño grupo de "probadores de confianza" seleccionados por Google. La compañía de Mountain View, California, propiedad de Alphabet, no dice cuántas personas tendrán acceso a Bard en el siguiente paso. Los solicitantes se limitarán a los EEUU y Reino Unido antes de que Google ofrezca Bard en más países.
Google está avanzando con cuidado con el lanzamiento de sus herramientas de inteligencia artificial, en parte porque tiene más que perder si la tecnología arroja información inexacta o lleva a sus usuarios por "pasillos oscuros". Eso se debe a que el motor de búsqueda dominante de Google, Chrome, se ha convertido en una puerta de entrada diaria a Internet para miles de millones de personas, lo que aumenta el riesgo de una reacción negativa si Bard se "comporta mal".
A pesar de los errores de esta tecnología, Bard ofrece "beneficios increíbles" como "impulsar la productividad humana, la creatividad y la curiosidad", dijo Google en una publicación de su blog que dos de sus vicepresidentes, Sissie Hsiao y Eli Collins, escribieron con la ayuda de Bard.
Como medida de precaución, Google está limitando la cantidad de interacción que puede haber entre Bard y sus usuarios, una táctica que Microsoft impuso con ChatGPT después de que los medios detallaran errores escandalosos de su chatbot. ChatGPT comparó a un periodista de Associated Press con Hitler e intentó persuadir a un periodista de Nueva York de divorciarse de su esposa .
Google brinda acceso a Bard a través de un sitio separado de su motor de búsqueda, que sirve como base para los anuncios digitales que generan la mayor parte de sus ganancias. En un reconocimiento tácito de que Bard puede ser propenso a la fabricación de falsedades, que se denominan "alucinaciones" en los círculos tecnológicos, Google está proporcionando un cuadro de consulta conectado a su motor de búsqueda para que sea más fácil para los usuarios verificar la información que muestra la IA.
Bard cometió un error vergonzoso poco después de que Google lo presentara al mostrar de manera destacada una respuesta incorrecta sobre un hito científico durante una presentación que se suponía mostraría cuán inteligente es. La metedura de pata contribuyó a una caída de casi un 8% en las acciones de Alphabet en un solo día, eliminando alrededor de $100 mil millones de dólares de los accionistas y subrayando cuán de cerca los inversores están observando cómo Google maneja la transición a la IA.