Decenas de miles de opositores al matrimonio homosexual y a las "teorías de género" se manifestaron ayer en París y otras ciudades en defensa de una visión tradicionalista de la familia, lo que constituye una nueva demostración de fuerza del conservadurismo en Francia.
Los manifestantes comenzaron a desfilar al mediodía en París, en una marcha que congregó, según la policía, a unas 80.000 personas, y a 500.000 según los organizadores.
En otras ciudades francesas también se celebraron marchas contra la supuesta "familiafobia" del gobierno francés. En Lyon, centro de Francia, 20.000 personas salieron a la calle, según la policía, mientras que los organizadores duplicaban esa cifra.
"¡Hollande, tu ley no la queremos!", gritaban los manifestantes, en su mayoría, católicos tradicionalistas y musulmanes conservadores.
Los partidarios del movimiento denominado Manif pour tous ("Mani" para todos), que se movilizaron en masa en 2012 contra la ley del matrimonio homosexual, protestaron ahora también contra la propuesta de autorizar la reproducción asistida a las parejas de mujeres y contra el vientre de alquiler.
En el punto de mira de los manifestantes estaba un futuro proyecto de ley sobre la familia que el consejo de ministros debatirá en abril.
Otro de los blancos de las críticas de la asociación es el llamado "ABCD de la igualdad", un nuevo dispositivo pedagógico puesto en marcha de manera experimental en algunas escuelas de Francia para luchar contra los estereotipos entre niños y niñas.
Esta semana, marcada también por los rumores de que las escuelas enseñarían a los alumnos a rechazar su identidad sexual e incluso a masturbarse, numerosos padres prefirieron no llevar a sus hijos a la clases para mostrar su oposición al programa.
Estos rumores sin fundamento retoman los argumentos de grupos de ultraderecha de inspiración católica, que acusan al gobierno de querer imponer las "teorías de género", vistas por ellos como la negación de la diferencia sexual y la promoción de la homosexualidad.
"Es la familia, la que debe llevar a cabo la educación sexual y no el gobierno", apuntaron durante la manifestación Abdel y Said Ahmet, dos padres de familia argelinos, quienes dicen compartir "valores comunes" con los manifestantes católicos.
Según el analista Jean Yves Camus, el carácter heterogéneo de estas protestas se debe a la "convergencia" de puntos de vista entre "ciertos ambientes musulmanes fundamentalistas" con la "derecha radical, entre ellos los tradicionalistas católicos", respecto "a los problemas de la sociedad, sobre la relación hombre-mujer, la laicidad o su oposición a la homosexualidad".