El ex futbolista Ezequiel Garay hacía mucho tiempo que no formulaba declaraciones públicas en torno a su vida privada, pero recientemente decidió romper el silencio a través de una dura carta que apunta contra los medios de comunicación por haber puesto en duda la enfermedad que atraviesa desde mucho tiempo su esposa, Tamara Gorro, con quien hace unos días lograron reconciliarse. ”Estoy cansado de que se insinúe que la enfermedad de mi mujer es una farsa. ¿Tiene que suicidarse como por desgracia en otros casos, para que se sepa que es verdad?
“Nunca he hecho ninguna declaración sobre lo que lleva sucediendo estos meses. Pero es el momento de hacerlo, porque creo que todo tiene un límite y se está sobrepasando. Cuando mi mujer y yo nos separamos, recibía miles y miles de mensajes de pena, tristeza y apoyo, mucho apoyo, incluidos los medios de comunicación. Hoy estamos juntos de nuevo y se está diciendo que todo era una mentira y nadie se alegra”, escribió en el inicio.
Al rosarino, quien inició su carrera profesional en Newell's y alcanzó su esplendor en España por vestir la camiseta del Valencia y Real Madrid, mostró toda su bronca porque los diferentes medios pusieron en duda que su esposa esté enferma de depresión luego de conocerse la reconciliación de la pareja tras seis meses de distanciamiento.
”Estoy cansado de que se insinúe que la enfermedad de mi mujer es una farsa. ¿Tiene que suicidarse como por desgracia en otros casos, para que se sepa que es verdad? ¿Qué narices está pasando en este mundo? Ojalá fuese una mentira, porque no le deseo a nadie lo que ella está viviendo desde años, y por supuesto yo también como compañero de vida”, reflexionó Garay en el mensaje que publicó en las redes sociales
Ezequiel Garay pidió que “dejemos que la gente sea feliz, que enfermen y tengan la oportunidad de sonreír para siempre o al menos cinco benditos minutos. Dejemos que la gente se pelee, se arreglen o se separen de por vida, dejemos a la gente vivir su vida”.
La ruptura entre Garay y Gorro fue anunciado por ella el pasado mes de enero, en la que la madre de los dos hijos del matrimonio anunció con dolor que que habían decidido ponerle fin a una relación de 12 años.
En ese momento la modelo e influencer explicó a través de un video la complicada decisión que habían adoptado con Garay, y en esa oportunidad pidió comprensión y respeto a la intimidad por sus hijos Shaila y Antonio.
Enseguida trascendió que Tamara Gorro estaba padeciendo desde hacía ya bastante tiempo un cuadro de depresión, la que fue puesta en duda por algunos medios de la farándula española en estos días al conocerse que el ex jugador rosarino y la modelo habían reestablecido la relación familiar.
La carta de Ezequiel Garay
Nunca he hecho ninguna declaración sobre lo que lleva sucediendo estos meses. Pero es el momento de hacerlo, porque creo que todo tiene un límite y se está sobrepasando. Cuando mi mujer y yo nos separamos, recibía miles y miles de mensajes de pena, tristeza y apoyo, mucho apoyo, incluidos los medios de comunicación. Hoy estamos juntos de nuevo y se está diciendo que TODO era una mentira y nadie se alegra.
Estamos viviendo en un mundo al revés, en el que prevalece lo malo, sobre lo bueno. Nos alegramos cuando a las personas les va mal y criticamos cuando les va bien. Pongámonos de acuerdo por favor y demos ejemplo a esta sociedad y a las nuevas generaciones.
Tuve que aguantar cómo se especulaba sobre mí y mi separación con MENTIRAS. Dando voz a personas que inventan todo para hacer daño, qué triste.
También quiero decir que estoy cansado de que se insinúe que la ENFERMEDAD de mi mujer es una farsa. ¿Tiene que suicidarse como por desgracia en otros casos, para que se sepa que es verdad? ¿qué narices está pasando en este mundo? OJALÁ fuese una mentira, porque no le deseo a nadie lo que ella está viviendo desde años, y por supuesto yo también como compañero de vida.
Pero como ahora empieza a sonreír, ya no vale, ya es mentira... Todo esto es lo que provoca que no se avance en las enfermedades mentales, LA DUDA.
Dejemos que la gente sea feliz, que enfermen y tengan la oportunidad de sonreír para siempre o al menos cinco benditos minutos. Dejemos que la gente se pelee, se arregle o se separen de por vida, dejemos a la gente VIVIR su vida. Estoy convencido de que viviremos en un mundo mucho mejor.
Termino diciendo que respeto el trabajo y la opinión de cada uno (incluidos los medios) y así siempre lo mostré, pero la mentira NO. Muchas gracias. Sed felices”.