El presidente de Bolivia, Evo Morales, entregó al papa Francisco una talla de Cristo con una peculiaridad: a modo de cruz estaban nada menos que una hoz y un martillo. Fue ayer, en La Paz, y la imagen dio rápidamente la vuelta al mundo. Es más: al verlo, el Sumo Pontífice dijo: "Eso no está bien".
El "crucifijo comunista" es, desde entonces, el tema principal en las redes sociales bolivianas y ha despertado reacciones de todos los tipos. "La cara del Papa lo dice todo. Evo se hace la burla de la religión regalando a Francisco un símbolo comunista con la imagen de Cristo crucificado", fue uno de los muchos mensajes que invadieron Facebook. La diputada opositora boliviana Jimena Costa subió la fotografía del momento del obsequio con el mensaje: "¡De muy mal gusto!".
Como ella, conocidos detractores del gobierno de Morales aprovecharon el incidente para acusar al mandatario de "ignorante", "irrespetuoso" y de "soberbio e incoherente" al hacerle un regalo de esas caracterísiticas al sumo pontífice.
En todo caso, el gobierno defendió que el crucifijo es un símbolo de los agricultores y los obreros, que "son pueblos de Dios". La ministra de Comunicación, Marianela Paco, reaccionó de esa forma a los calificativos contra el mandatario boliviano por el regalo.
El "crucifijo comunista" es en realidad una réplica de una talla que el sacerdote jesuita Luis Espinal Camps realizó en la década de los 70 para expresar la unión del mundo cristiano con las ideas marxistas. Espinal además fue cineasta y periodista. Murió asesinado después de ser torturado durante horas por agentes paramilitares. Dirigía en aquel entonces (1980) un semanario de línea editorial izquierdista denominado "Aquí".
El miércoles, antes de reunirse con Morales, Francisco oró por Espinal frente a las montañas en las que fue hallado su cuerpo sin vida. El encuentro en el que el mandatario entregó el tallado al sumo pontífice fue transmitido por varios canales de televisión bolivianos.
Las repercusiones provocaron un pronunciamiento oficial del Vaticano. "El Papa no ha tenido una particular reacción a esto y no me ha dicho que manifieste particular reacción negativa a esto", afirmó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.