El ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, un dirigente político que se desempeña al frente de esa cartera desde el 1 de julio de 2010, sostuvo que "el turismo y la inclusión social van de la mano en nuestro país" y subrayó que "hay que dejar el turismo apenas como ocio y vincularlo a más de un millón de puestos de trabajo".
Las declaraciones las formuló durante una entrevista que concedió a La Capital, en su despacho, donde destacó además "el impulso de las economías regionales" y "el crecimiento de pequeños pueblos donde otras actividades son casi imposibles de poner en marcha".
—¿Cuál considera que es el logro más importante de la Argentina desde el punto de vista turístico en la última década?
—Más allá de los resultados que pueden expresarse en números, los logros más importantes tienen que ver con cuestiones conceptuales, culturales. La decisión de considerar el desarrollo turístico como política de Estado es un hito tan estructural como el cambio cultural que implica dejar de pensar el turismo apenas como ocio y vincularlo a más de un millón de puestos de trabajo, al impulso de las economías regionales, al crecimiento de pequeños pueblos donde otras actividades son casi imposibles de poner en marcha.
—¿Hubo avances destacados en calidad, oferta, profesionalización o todavía quedan asuntos pendientes?
—Ese cambio cultural está acompañado de avances firmes en capacitación que implican una profesionalización del sector, de normas de calidad que fijan un criterio referencial y orientan a prestadores y a turistas, de una diversificación de la oferta que no tiene techo a fuerza de creatividad. En cuanto a las cuestiones pendientes, son unas cuantas, digo que afortunadamente porque muchos aspectos a desarrollar surgieron como resultado del crecimiento exponencial del sector. Si alguna vez diéramos todo por hecho, sería como quedarnos sin proyecto. Y desde el sector público y junto al sector privado, analizando nuevas potencialidades, desarrollando circuitos, creando nuevos productos, impulsando destinos emergentes, revalorizando los destinos tradicionales.
—Cuando se habla de una Argentina inclusiva, ¿también abarca el sector turístico?
—En principio, el turismo representa más de un millón de puestos de trabajo, un dato contundente cuando hablamos de inclusión. Además, cada vez son más los argentinos que realizan por lo menos un viaje al año, una tendencia que crece y habla de una economía nacional menos concentrada. De aquel 35 por ciento de argentinos que habían viajado al menos una vez al año en 2006, llegamos al 43 por ciento actual. Por otra parte, por ejemplo el desarrollo del turismo en un pueblo que había quedado aislado desde los 90, cuando quedó al margen de la red ferroviaria, representa un renacer de esa comunidad, la posibilidad de que algunas localidades dejen de ser la sombra de lo que fueron y recuperen su identidad. El turismo y la inclusión social van de la mano en nuestro país.
—¿En cuánto aumentó el arribo de turistas extranjeros a nuestro país y a cuánto ascienden el ingreso de divisas por ese concepto?
—Las llegadas de turistas extranjeros al país se incrementaron en el cuarto trimestre de 2013 por encima del 8 por ciento en relación al mismo período del año anterior. La mayor afluencia de turistas estuvo acompañada por un crecimiento interanual del gasto en dólares que superó el 11 por ciento. El turismo receptivo en la Argentina muestra una franca recuperación, resultado del trabajo en la promoción en destinos internacionales y en la mejora de la calidad de nuestros servicios.
—¿Cuáles son los mercados turísticos donde Argentina más se afianza?
—Nuestro plan de marketing internacional clasifica los mercados en prioritarios, estratégicos y potenciales. Entre los 12 prioritarios, Brasil es considerado el principal emisor. Sudamérica es el mercado natural de Argentina, con el objetivo de captar nuevos turistas y conseguir la fidelidad de los que ya visitan el país ofreciéndoles nuevas opciones para viajar más allá de los destinos tradicionales. Todo avance en cuanto a conectividad aérea representa una oportunidad insoslayable para afianzarnos en el respectivo mercado. Cuando escenarios como Asia, por ejemplo, atraviesan situaciones sociopolíticas de gran inestabilidad y sus economías quedan atadas a esa conflictividad, Argentina se destaca como un país donde es posible invertir sin riesgos. En ese contexto, salimos al mundo a promocionar las ventajas de invertir en la Argentina, con muy buena respuesta.
—¿Cómo estima los niveles de movilización y ocupación con motivo de Semana Santa?
—El calendario de feriados impulsado desde el gobierno nacional ha redefinido la modalidad de los argentinos para viajar por su país. Los fines de semana largos han hecho un aporte contundente al extender la actividad turística durante todo el año, más allá de las temporadas altas de cada región. En ese marco, tenemos los mejores pronósticos para Semana Santa, con altos niveles de reserva hotelera en los diversos destinos.
—¿Qué perspectiva hay para la temporada de esquí?
—El panorama es sumamente alentador. A nivel internacional, se han venido desarrollando acciones concretas de promoción en los mercados más importantes, donde los centros de esquí argentinos son siempre muy bien considerados. En relación al movimiento interno, cada vez más argentinos viajan por el país y esa tendencia incluye a quienes van en busca de la nieve. La Patagonia este verano tuvo un movimiento impresionante. Y lamentablemente a veces no se refleja esa información. Por diversos compromisos oficiales tuve que ir varias veces, y le aseguro que era palpable ese gran movimiento.
—¿Tiene conocimiento del interés de grupos extranjeros de invertir en nuestro país en infraestructura turística, especialmente en hotelería?
—Desde que, hace ya más de diez años, el desarrollo turístico argentino es considerado política de Estado, las inversiones se han multiplicado. Los grupos internacionales, al igual que el empresariado nacional, vienen dando cuenta de su confianza en nuestra decisión de consolidarnos como destino turístico de primer nivel mundial. Todas aquellas potencialidades turísticas que la Argentina nunca se decidía a desarrollar comenzaron a pasar al plano de las concreciones. Más allá de las coyunturas que puedan afectar a una economía tan globalizada como la actual, o precisamente como contracara de aquellos países en que la crisis trastocó el escenario, nuestro país mantiene su atractivo para los inversores del sector. Se ha hecho mucho, pero todavía queda mucho por hacer.
—El Dakar 2014 movilizó alrededor de tres millones de turistas en 11 provincias. ¿Cómo se prepara la próxima competencia?
—Estamos convencidos de que la edición 2015 generará un movimiento turístico superior al registrado en 2014. Esta vez, la largada será en las cercanìas de la Casa Rosada y la llegada a Tecnópolis, en Vicente López, entonces el interés se duplica. Y sólo estamos hablando de los millones de personas que acompañarán el recorrido en contacto directo, a la vera del circuito. Porque la cantidad de espectadores que sigue la carrera por televisión en todo el mundo es impresionante. A miles de millones les llegan nuestros paisajes, en una promoción turística incomparable.
Rosario fabrica telecabinas
Durante la entrevista, La Capital consultó al ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, sobre el plan de construcción de telecabinas de elevación para centros de esquí que se están confeccionando en Rosario, una cuestión de especial interés para la economía de nuestra ciudad y de su zona de influencia. “En enero estuvimos en Rosario presentando los medios de elevación de fabricación nacional destinados al cerro Catedral, en Bariloche, el primero de los centros de esquí en equiparse con producción argentina. Y confiamos en que los demás concesionarios se irán sumando al compre nacional, una premisa que vale destacar en todos los rubros”, sostuvo el funcionario nacional durante el extenso diálogo mantenido en su oficina.