“El Papa Francisco no está planteándose renunciar”, dijeron en tono contundente fuentes cercanas al Pontífice. En el Vaticano, este rumor aparecido en una publicación y amplificado después por The Washington Post de EEUU, se interpreta como un intento de debilitar al Papa. Pero hay una base real para la especulación: el Papa está visiblemente disminuido en su movilidad y este lunes canceló otra actividad importante, su participación en una procesión, luego de haber debido suspender una gira por Africa.
El cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, secretario del Colegio de cardenales y uno de los purpurados más cercanos al Papa Francisco, califica los rumores como “una telenovela barata”. Pero hay un sector de peso dentro de la Iglesia que busca la salida por adelantado del Papa Francisco, según pone en evidencia un informe del diario romano La Repubblica.
El Papa Francisco canceló su participación en una misa y procesión anual el próximo fin de semana debido al dolor en la rodilla que sufre, pero dijo que esperaba celebrar una misa especial para la comunidad congoleña de Italia, después de haber tenido que posponer su visita prevista a frica. “Llevaremos a Kinshasa a San Pedro’’, comentó Francisco a un grupo de sacerdotes misioneros, los Padres Blancos, durante una audiencia. Dijo que le entristecía tener que cancelar su peregrinación, prevista del 2 al 7 de julio al Congo y Sudán del Sur, pero que esperaba compensar a la importante comunidad congoleña de Roma con una misa en el Vaticano el 3 de julio. “A mi edad no es tan fácil partir en misión!”, comentó a los sacerdotes, quienes han hecho misiones en Africa desde hace generaciones.
Francisco ha cancelado su participación en varios eventos este año debido a una distensión de los ligamentos de su rodilla derecha que le han dificultado caminar y estar de pie. Lleva más de un mes utilizando una silla de ruedas y la semana pasada el Vaticano anunció que tenía que cancelar su viaje previsto al Congo y a Sudán del Sur para no poner en peligro su recuperación.
Este lunes, el Vaticano anunció que Francisco también tendría que renunciar a la procesión del Corpus Domini del domingo próximo, una profesión anual de fe católica que se celebra desde hace siglos y en la que la Eucaristía se expone públicamente.
Las dudas surgen porque el Vaticano no ha detallado exactamente el problema o el tratamiento de Francisco, pero el Pontífice ha comentado que recibió inyecciones y sus amigos dicen que hace fisioterapia a diario.
El diario de Roma La Repubblica analizó el caso. “Una broma pronunciada a puerta cerrada durante la última asamblea de los obispos italianos fue suficiente para disparar los rumores sobre la posible renuncia del Papa Francisco al trono de Pedro”, señala. Según algunos medios fue el propio Bergoglio quien dijo que prefería dimitir antes que operarse de la rodilla. Una broma, nada más, y sin embargo en la "galaxia católica", fuentes interesadas han comenzado a difundir noticias no oficiales en torno a un pontificado en sus últimos días. “¿Se acerca Francisco al final de su pontificado?”, tituló el Washington Post. Y así lo hicieron varios más.
Francisco tiene 85 años. Hoy, oficialmente al menos, goza de buena salud. La operación de hace un año por una “estenosis diverticular sintomática del colon” fue “perfectamente exitosa” aunque las secuelas de la anestesia le molestaron más de lo debido. Así que la idea de someterse a una segunda operación de “gonartrosis”, es decir, de artrosis de la rodilla derecha, no le gusta. Tanto es así que prefiere seguir tratándose con analgésicos y aparecer en público en silla de ruedas.
Según el calendario de actividades previstas, la renuncia al trono no parece estar a la vista. En 2022, además de los viajes a Africa y Canadá en julio, está prevista una visita a la ciudad italiana de L’Aquila a finales de agosto, un viaje a Kazajistán en el otoño (boreal) y muy probablemente uno al Líbano a finales de año. En cuanto a 2023, todo parece confirmar la dirección que Francisco siempre ha declarado que quiere mantener: no piensa dimitir, aunque, como es lógico después de que Benedicto XVI renunciara por primera vez al trono de Pedro, “si su salud declina, todo puede pasar”, advierte La Repubblica.
La vejez es para él una estación importante, que hay que vivir, como dijo este lunes, sin “el mito de la eterna juventud como la obsesión, desesperada, de una carne incorruptible. Tantos trucos, tantas cirugías”, comentó en la audiencia general, continuando su catequesis sobre la vejez. Francisco también citó a la actriz italiana Anna Magnani, quien pidió que no se ocultaran sus arrugas porque había tardado “tantos años en conseguirlas”. Las arrugas son un testimonio “de la experiencia, de la madurez” y “la sabiduría es como el buen vino: cuanto más viejo te haces, mejor sabe”.
"Consejos" para cardenales
Para La Repubblica, “lo que es cierto hasta ahora es que Francisco se deja llevar por el curso de los acontecimientos sin excluir ninguna posibilidad”. Y lo hace a pesar de que sabe que en torno a su pontificado algunas voces, dentro y fuera de la Santa Sede, desearían su salida. El vaticanólogo Gianni Valente habla del tema en su página web, recordando cómo en Francia una red internacional de autores presentados como “los mejores expertos vaticanos del mundo” ha creado una revista diseñada ad hoc para los miembros del Colegio Cardenalicio, enviada directamente a sus direcciones personales con la intención declarada de ayudarlos a “conocerse para tomar las decisiones correctas en los momentos importantes de la vida de la Iglesia”. “Un cartero para cardenales”, escribe Valente, “titulado ’Cardinalis’ (en latín) e impreso en cuatro idiomas como guía de orientación para dar consejos, información y criterios para juzgar a los participantes en el próximo Cónclave, a los que se define como ‘los principales asesores del Papa durante su pontificado’, y que 'eligen a su sucesor".
La línea editorial de Cardinalis es presentada por la revista como “conforme a la de los Pontificados de San Juan Pablo II y Benedicto XVI”, y se condensa en un verdadero “Memorándum para un futuro Cónclave”, publicado en el número distribuido en abril”. El cardenal Gerhard Muller, un conocido opositor a Francisco, dijo durante la presentación un libro del periodista Massimo Franco, “El Monasterio”: “Si el cónclave de 2013 fue el de un asalto a la curia y al establishment italiano, es posible que el próximo cónclave sea contra un gobierno de la Iglesia” que ha generado “confusión” como la del Papa Francisco con las visiones teológicas y jesuíticas de la “curia paralela” de Santa Marta.