El Papa Francisco dijo que Latinoamérica tiene “una Iglesia joven, que dará cosas buenas”, consideró que “no es injusto” que los bolivianos aspiren a tener una salida al mar aunque se preocupó en contextualizar esa opinión, aseguró que el crucifijo que le regaló Evo Morales no lo disgustó sino que lo sorprendió porque no conocía la historia que lo rodeaba ligada a su creador, el sacerdote jesuita Luis Espinal, asesinado por el gobierno de Luis García Meza en 1980 y admitió que en sus mensajes no ha abordado con suficiente detenimiento los avatares de la clase media, los trabajadores.
El pontífice se refirió a ésas y otras cuestiones a bordo del avión que lo dejó ayer en Roma luego de haber partido anteayer de Paraguay, la última escala de su gira de ocho días que había iniciado en Ecuador y prosiguió en Bolivia.
Preguntado por los cronistas acreditados a la gira sobre la situación que se dio cuando el presidente boliviano le regaló el Cristo en una cruz formada por una hoz y un martillo, dijo que para él “no fue una ofensa”. “Yo no conocía de esto y no sabía que el padre Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mi fue una sorpresa. Se puede calificar como el género del arte de protesta. En Buenos Aires, hace algunos años fue exhibida una muestra de un escultor argentino que ahora está muerto (León Ferrari). Una de sus obras era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea. (Al crucifijo de Espinal) lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo”.
Sobre la cuestión, recordó que Espinal fue asesinado en 1980. “Era un tiempo en el cual la teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra que, también las poesías de él eran de ese género, de protesta pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba, él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como ésta lo comprendo. Para mí (el crucifijo) no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones”.
El Papa se preocupó en aclarar que llevó con él la cruz. “El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la Orden del padre Espinal, un nuevo orden. El lo hizo con buena voluntad y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer. Si las llevaba al Vaticano terminarían en el museo y ninguno jamás las vería, entonces pensé en dejárselas a la Virgen de Copacabana; las dos condecoraciones que he recibido irán al santuario de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo conmigo”.
"No probé (hojas de) coca”. Varias veces durante la despreocupada conversación, que duró una hora, el Papa mostró su sentido del humor pese a exhibir señales de cansancio.
“El mate me ayudó, pero nunca probé (hojas de) coca, dejemos eso en claro”, dijo Francisco cuando se le preguntó cómo se las arregló para mantener el demandante ritmo de la gira a sus 78 años. También dijo que se sintió como un “bisabuelo” cuando los jóvenes le pedían sacarse selfies con él.
Al recordársele que durante la semana pasada él había pronunciado encendidos mensajes para los pobres y para los ricos, pero no se había referido a clase media, a los trabajadores, la base de la pirámide que paga impuestos, lo admitió como una carencia en sus abordajes. “Es una buena corrección, eh? Usted tiene razón. Es una equivocación por mi parte no pensar en esto. Haré algún comentario, pero no para justificarme. Pero usted tiene razón. Tengo que pensarlo. El mundo está polarizado. La clase media es más pequeña: la polarización entre ricos y pobres es grande, esto es verdad. Quizá esto me ha llevado a no darme cuenta de esto. En el mundo el número de pobres es grande, ¿por qué hablo de los pobres?, porque es el corazón del Evangelio. Siempre hablo del Evangelio, de la pobreza; no sólo de la sociológica. Luego sobre las clases medias, hay algunas palabras que he dicho un poco en el pasado, pero la gente común, la gente sencilla, el obrero tiene un gran valor. Pero creo que usted me dice algo que debo hacer. Debo profundizar más en este magisterio. Se lo agradezco, le agradezco por la ayuda”, le refirió al cronista que le planteó la cuestión.
En otro orden, dijo que “la Iglesia de Latinoamérica es joven, con cierta frescura y un poco informal también. Luego se disciplinará, pero nos dará muchas cosas buenas”, dijo y destacó que también tiene “una teología rica, de búsqueda”.
Además, se mostró sorprendido por “la cantidad de niños” que vio en los tres países que visitó (Bolivia, Ecuador y Paraguay) y lo puso como ejemplo ante la baja natalidad en Europa.
Francisco consideró que “la natalidad en Latinoamérica es una lección para nosotros, para Europa, donde la caída de los nacimientos asusta un poco”, y lamentó que “las políticas para ayudar a las familias numerosas sean tan pocas”, con excepción de Francia, que sí “tiene una buena política”.
En relación a Ecuador, dijo saber que “había problemas políticos y huelgas” y tras aclarar que no conoce “los intríngulis de la política de Ecuador” estimó que hacer una pausa en las protestas fue “un gesto de un pueblo en pie para respetar la visita del Papa”.
Movimientos populares. Defendió además a los “movimientos populares” con los que se reunió durante su viaje a Bolivia, y aseguró que el discurso que les leyó “es simplemente la Doctrina Social de la Iglesia y no un texto político. “Lo que yo he hecho es darles a ellos la doctrina social de la Iglesia, lo mismo que hago con el mundo de la empresa”, aseguró y recalcó que “no es un hecho político, es un hecho catequético”, recalcó.
Francisco calificó a la iglesia de Paraguay como viva, alegre, luchadora y con una historia gloriosa y estimó que “merecería tener dos cardenales”, cuando un periodista observó que ese país nunca tuvo uno.
“Bueno, no tener cardenal no es un pecado. La mayoría de los países del mundo no tienen cardenales. Creo que los países con cardenales son una minoría respecto a todo el conjunto”, señaló Francisco durante el vuelo desde Asunción al aeropuerto romano de Ciampino, tras la gira que comenzó el pasado domingo 5 que lo llevó por Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Durante el viaje del avión de Alitalia AZ4001 el Papa Francisco envió mensajes de saludo a las autoridades de países cuyo territorio sobrevoló: Paraguay, Bolivia, Brasil, Cabo Verde, España e Italia.