El Papa calificó hoy de “salvajada” el escándalo en el superclásico Boca y River y lo atribuyó a “la pasión desbordada, la prepotencia” y a “la incapacidad de vivir en sociedad”, cuestionó la existencia de las barrabravas a los que calificó de "mercenarios" y dijo añorar el fútbol de sus años de infancia cuando se podía ir a la cancha tranquilamente y en familia.
En una entrevista con el diario “La Voz del Pueblo” de la localidad bonaerense de Tres Arroyos, el pontífice se refirió a los incidentes graves en el partido por la Copa Libertadores, en el que un grupo de hinchas de Boca tiraron gas pimienta a los jugadores de River cuando salían por la manga al iniciarse el segundo tiempo.
“Fue una pena. Son esas salvajadas propias de la persona que la pasión lo desborda, y también la prepotencia y la no sociabilidad, la incapacidad de vivir en sociedad. La verdad que es lamentable que en nuestro pueblo existan cosas como las barras bravas, sé que en otros países también existen”, sostuvo el Papa. Y, agregó: “Acá en Italia también hubo problemas entre barrabravas, que no necesariamente luchan por el club, la mayoría son mercenarios”.
Francisco, un apasionado del fútbol e hincha de San Lorenzo, dijo que él vivió “el tiempo del fútbol amateur” y recordó que “en la campaña del 46 tenía 9 años y siempre iba a la tribuna, nunca a la platea”.
“Lo peor que se le decía al árbitro era vendido, infeliz, idiota y de ahí no subía. O patadura a alguno que no había agarrado bien la pelota, o dormido... No es esa catarata tan colorida de insultos de ahora. Ha cambiado el ambiente y es lamentable”, manifestó.
Al ser consultado sobre sí le gustaría que Marcelo Tinelli, vicepresidente de San Lorenzo, fuese presidente de la AFA, el pontífice respondió: “A Tinelli lo vi dos veces. Una sin saber que era él, no lo conocía, lo saludé en el amistoso Argentina-Italia, y después me dijeron: Ese que saludó tercero es Tinelli. Y la segunda vez que lo vi fue cuando me trajo la Copa. Pero no sé cómo está la situación allá, no tengo idea qué pasa”.
El Papa insistió en recordar sus años de infancia cuando iba casi todos los domingo al Gasómetro a ver a San Lorenzo y en destacar que lo hacía en familia, y que muchas veces también su mamá lo acompañaba. “Después del partido salíamos y comprábamos caracoles en salsa, unas cuantas pizzas y volvíamos a casa. Era todo una fiesta familiar”, subrayó durante la entrevista.