Un día después de llegar a México como una de las tormentas más fuertes jamás registradas y con un potencial devastador, el huracán Patricia aparentemente no dejó víctimas ni daños graves al adentrarse al país.
Un día después de llegar a México como una de las tormentas más fuertes jamás registradas y con un potencial devastador, el huracán Patricia aparentemente no dejó víctimas ni daños graves al adentrarse al país.
Patricia, convertida ayer en una depresión tropical, todavía podría causar lluvias atípicas, deslizamientos de tierras e inundaciones tanto en México como en el estado de Texas (EEUU).
La tormenta tocó tierra como huracán categoría 5 y vientos de hasta 325 kilómetros por hora, pero impactó en una zona de la costa del Pacífico mexicana poco poblada, situada entre la turística de Puerto Vallarta y el importante puerto de Manzanillo, cuyos habitantes pasaron miedo.
“Se siente miedo, estar ante un evento de esta magnitud”, reconoció Luis Valdez, a las puertas del restaurante en el que trabaja como cocinero, frente a la playa en Manzanillo.
En Punta Perula, uno de los puntos de entrada de Patricia, varias casas precarias quedaron destruidas y las fuerzas armadas trabajaban ayer para retirar los árboles y escombros que entorpecían el paso en algunas carreteras.
Las autoridades no tuvieron noticias de muertes ni de daños importantes mientras el meteoro avanzaba sobre las montañas del interior del país.
“Las olas entraron en el hotel y todas las calles están llenas de árboles caídos, postes y cables”, dijo Domingo Hernández, un trabajador de la localidad turística de Barra de Navidad, en Jalisco.
La escena se repetía en distintos puntos de la costa.
Al mediodía de ayer los aeropuertos de Puerto Vallarta (Jalisco), Manzanillo (Colima) y Tepic (Nayarit) ya estaban operando normalmente pese a haber sufrido algunos encharcamientos.
“Las montañas sirvieron de barrera y eso logró que se evitara que pasara el viento”, dijo el secretario federal de Turismo, Enrique de la Madrid.
Joel Cisneros, un zapatero de Manzanillo, dijo: “Fue difícil, no nos dio tiempo a nada, el agua casi llegó a 1,15 metros pero gracias a Dios, todo muy bien, porque tomamos muchas precauciones”.