El huracán Matthew embistió ayer a la mañana la punta sudoccidental de Haití con arrasadores vientos de 233 kilómetros por hora e intensas lluvias, que arrancaron techos y tumbaron árboles en esa área pobre y principalmente rural, además de dejar ríos crecidos y abarrotados de escombros. Por lo menos nueve muertes fueron atribuidas al meteoro durante su avance por el Caribe.
Se vaticina que Matthew llegará a Florida a fines de la semana y que seguirá por la costa oriental de Estados Unidos. El pronóstico provocó que miles de estadounidenses se abastecieran de alimentos, combustibles y demás artículos de emergencia.
La tormenta de categoría 4, fue en un momento la más potente en la región en casi una década, llegó a eso de la madrugada al país más pobre del hemisferio occidental, haciendo impacto en una zona de Haití donde muchos habitantes pobres viven en endebles casuchas de madera. Arrojó torrenciales aguaceros a medida que viraba hacia Cuba y las Bahamas.
Los daños parecen ser amplios, pero debido a las malas redes de comunicación, las carreteras bloqueadas y los puentes derribados, no se podía saber de inmediato la magnitud del desastre. Tampoco se conoce a ciencia cierta la cifra de muertes.
Por la tarde tocó tierra en el extremo oriental de Cuba con categoría cuatro y vientos de más de 220 kilómetros por hora. A las seis de la tarde hora local cubana, Matthew entró por las inmediaciones de Punta Caleta, en la costa sur de Guantánamo, y en un par de horas salió al mar por un punto cercano a bahía de Mata, al este de la ciudad de Baracoa, según el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba.
El ojo del huracán tiene unos 28 kilómetros de diámetro.En los días previos a la llegada de Matthew a la isla, la Defensa Civil de Cuba había previsto el traslado de más de 430.000 personas, ubicadas en su mayoría en zonas proclives a deslizamientos de tierra e inundaciones.