El grupo radical islamista Estado Islámico (EI) volvió a amenazar ayer con perpetrar ataques durante el Mundial de Fútbol de Rusia 2018, esta vez con un fotomontaje de la estrella de la selección argentina, Lionel Messi, en la que aparece preso y llorando sangre, informó el portal estadounidense de seguimiento de yihadistas Site Intelligence Group.
"Simplemente terrorismo" puede leerse en la imagen difundida por Wafa' Media Foundation, uno de los órganos de propaganda del grupo, y reproducida en la cuenta de Twitter del sitio especializado.
La frase, escrita en inglés y en árabe, es rematada con una advertencia: "Están luchando contra un Estado cuyo diccionario no conoce la palabra «derrota»". La amenaza no es la primera proferida por el EI contra el torneo de la Fifa que Rusia albergará el año que viene.
La semana pasada el grupo extremista difundió otras imágenes en las que se ven a milicianos dispuestos a atacar el evento deportivo.
Una de ellas muestra a un combatiente del EI, armado con un fusil AK-47 y explosivos, mirando el Estadio Luzhniki de Moscú, donde se jugará la final del Mundial.
"Oh enemigos de Alá en Rusia, juro que serán quemados por el fuego de los mujahidines (combatientes sagrados islámicos), tan sólo esperen", reza el afiche publicado en las redes sociales.
En esa misma cancha jugará Argentina un amistoso frente a Rusia el próximo 11 de noviembre para celebrar la reinauguración de las instalaciones.
El gigante euroasiático es uno de los enemigos declarados del EI dado su papel en la guerra civil en Siria, donde su aviación bombardea posiciones yihadistas y rebeldes en apoyo al gobierno de Bashar al Assad.
Miles de rusos, principalmente de la región de Asia Central, viajaron a Medio Oriente para unirse a las filas del EI. Según expertos citados por el diario británico The Mirror, sólo en 2015 -año que Rusia inició sus bombardeos en Siria- alrededor de 2.400 rusos se sumaron al EI.
El grupo radical islamista se hizo mundialmente famoso a mediados de 2014 tras la toma de la ciudad iraquí de Mosul, la segunda mayor del país, desde donde autoproclamó su califato en territorios contiguos a Siria e Irak. Como parte de su lucha contra los infieles, el EI perpetró numerosos ataques en los cinco continentes, siendo los más conocidos los atentados coordinados de París y Bruselas, o aquellos cometidos por "lobos solitarios" en Niza o Berlín.
Sin embargo, el EI sufrió importantes derrotas militares en los últimos meses, como la caída de Mosul en julio pasado y la de la ciudad siria de Al Raqqa -considerada "capital" de su Estado- la semana pasada, por lo que poco queda hoy del autoproclamado califato.
Los yihadistas aún dominan zonas al sur de la localidad de Al Raqqa y de Deir Ezzor, así como pequeños bolsones de territorio en otros puntos de Siria e Irak.
Más allá del desmoronamiento de su territorio y las derrotas militares, la campaña de amenazas contra Occidente no ha cesado.