La policía alemana desmanteló un campamento nazi para niños y adolescentes.
La policía alemana desmanteló un campamento nazi para niños y adolescentes.
Los jóvenes que acudían a él estudiaban textos racistas y tenían libros con canciones nazis.
Un campamento decorado con cruces gamadas disponía de 14 carpas en las que vivían 39 niños y jóvenes que "cumplían prácticas y rituales de la época nacionalsocialista", indicaron los investigadores.
El grupo organizador, la Juventud Patriótica Alemana (HDJ), es legal en Alemania, aunque las autoridades ya han registrado en más de una ocasión sus dependencias.
En el campamento instalado en el apacible paisaje cercano a Güstrow, en el estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Anterior, se exhibían símbolos del régimen de Adolf Hitler prohibidos por la legislación alemana.
Durante los campamentos, organizados por toda Alemania, los niños aprenden a desfilar, perfeccionan técnicas militares y hacen procesiones con antorchas al atardecer, todas actividades legales.
Pero los informes realizados por los servicios secretos internos demostraron que la HDJ utiliza cruces gamadas y parafernalia del régimen de Hitler, elementos prohibidos por la ley alemana.
Las pruebas registradas sobre actividades ilegales de enaltecimiento de la violencia y la incitación al odio racista sólo han llevado, en 2007, a la prohibición de los uniformes de la organización.
Los informes han demostrado que se trata de meros conciliábulos neonazis organizados para adoctrinar a niños y jóvenes en su ideología ultraderechista y contribuir a la formación de otra generación fascista en Alemania.
El problema de la ilegalización de semejantes prácticas y organizaciones viene de largo. Las relaciones entre la HDJ y el neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) parecen probables.
El NPD cuenta con diputados en los parlamentos de Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Anterior.
En 2003, un proceso de prohibición terminó en un sonoro fiasco que afianzó al partido.
Al filo de la ley. Sus líderes actúan al filo de la ley y se presentan como abogados del alemán de a pie.
Sus cabriolas entre la respetabilidad burguesa y el neonazismo más grosero les dan suficientes réditos electorales para financiarse y estar en escena.
En tanto, Tino Müller, parlamentario del NPD en Mecklemburgo-Pomerania Anterior, dijo que no conoce a la HDJ. Ni siquiera cuando la policía cerró el campamento. Sin embargo, el dueño del dominio heimattreue-jungend.de, la página web de HDJ, no es otro que Müller. La dirección, Wallstrasse 27, corresponde a la oficina de Müller. Pero Müller aseguró no conocer al parlamentario de su mismo nombre. Müller, de 30 años y albañil, gana 4.500 euros por su labor parlamentaria en Schwerin.
"Adoctrinar a jóvenes y niños en ideologías racistas y xenófobas que denigran al ser humano es suficiente causal para declarar inconstitucional al grupo", dicen los políticos alemanes que promueven su disolución.