En una ceremonia que se realizará el sábado próximo en Madrid, será beatificado Alvaro del Portillo, obispo español que sucedió al creador del Opus Dei (Obra de Dios, en latín), san Josemaría Escrivá de Balaguer.
En una ceremonia que se realizará el sábado próximo en Madrid, será beatificado Alvaro del Portillo, obispo español que sucedió al creador del Opus Dei (Obra de Dios, en latín), san Josemaría Escrivá de Balaguer.
El Opus espera que la celebración, que se realizará en el nuevo barrio de Valdebebas, al norte de Madrid, en una zona urbanizada y colindante con la ciudad deportiva del Real Madrid, reúna a más de 150 mil fieles, muchos de los cuales viajarán desde Argentina.
Alvaro del Portillo (Madrid, 11 de marzo de 1914 — Roma, 23 de marzo de 1994), pasó gran parte de su vida entre las ciudades de Madrid y Roma, pasando igualmente numerosas temporadas de verano en Asturias. En una de sus estancias allí, tras una tormenta repentina que provocó el naufragio de la barca en la que viajaba, suceso del que solo sobrevivió él, decidió entregar su vida a la religión y en 1935 solicitó a Josemaría Escrivá ingresar en el Opus Dei.
Doctor ingeniero de caminos (y años después, doctor en Filosofía y en Derecho Canónico), recibió la ordenación sacerdotal en 1944 y fue uno de los tres primeros sacerdotes con que contó el Opus. En 1946 se trasladó a Roma, y fue el más cercano colaborador de Escrivá, a quien sucedió tras su fallecimiento en 1975. Durante su mandato impulsó unas 40 iniciativas sociales en todo el mundo, en áreas de educación, sanidad y promoción.
El proceso de beatificación de Alvaro del Portillo se inició en Roma en 2004, a instancias del prelado del Opus Dei, Javier Echevarría. Hasta 2008, el tribunal del Vicariato de Roma celebró 85 sesiones y escuchó el testimonio de 25 testigos, entre los que se contaban 11 cardenales y seis obispos. Otro tribunal, el de la prelatura, recabó en ese mismo tiempo la declaración de 133 personas, de las que 62 pertenecían al Opus y 71 no. En 2011 se estudia el milagro de la beatificación (la recuperación de un niño recién nacido, José Ignacio Ureta Wilson, en Chile, tras un paro cardíaco de más de media hora), y, finalmente, en julio de 2013, el Papa Francisco ordena la publicación del decreto que corrobora el milagro.
Mariano Fazio, vicario regional del Opus Dei en la Argentina, recordó que el futuro beato "era un hombre que transmitía el impulso por servir a todas las almas, como lo está haciendo ahora el Papa Francisco".
Corazón universal. "Don Alvaro tenía un corazón universal, y quería a todo el mundo. También, por supuesto, a la Argentina. Se llevó una gran alegría al comprobar el crecimiento de la labor apostólica cuando vino acompañando a san Josemaría en 1974, y a partir de 1975 impulsó todos los proyectos apostólicos en la región. Es impresionante comprobar cómo ha crecido todo entre 1975 y 1994. Basta pensar que, por iniciativa suya, se comenzó la labor apostólica, desde Argentina, en Bolivia. Además, se abrieron centros culturales, se impulsaron labores sociales, académicas y asistenciales en Rosario, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Santa Fe, Mar del Plata, La Plata y en tantas otras ciudades. La Universidad Austral, el colegio Buen Consejo y el Instituto Madero, entre otros proyectos, son fruto de su impulso apostólico. Siempre nos animó a tener sentido de responsabilidad, porque —decía— Dios había bendecido mucho a nuestra tierra", explicó Fazio.
El religioso precisó que Del Portillo "tenía una personalidad que transmitía paz, serenidad, confianza en Dios. La foto que aparece en su estampita lo manifiesta claramente. Millares de personas acuden a él como intercesor para que les llene el alma de paz y serenidad. Y por eso muchos argentinos, haciendo un gran esfuerzo económico, querrán estar presentes en Madrid en la beatificación".
"Don Alvaro fue fidelísimo al momento de secundar al fundador del Opus hasta el 26 de junio de 1975, fecha del fallecimiento de san Josemaría. A partir de ese día, dirigió el período de la continuidad en la fidelidad", dijo Fazio.
Monseñor Fazio es historiador. Como rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz fue presidente de la Conferencia Permanente de Rectores de las Universidades Pontificias de Roma y fue designado perito en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida.
De su trato con Del Portillo recordó "su paternidad afable, su sonrisa sincera y permanente, su habitual actitud de agradecer todo a Dios, su preocupación por cada uno, como buen padre".