La fórmula para casarse y ser feliz existe, según un grupo de investigadores de varias
universidades de Suiza que, durante cinco años, estudiaron a más de mil matrimonios. Determinaron
que es posible hacer una ecuación matemática para elegir una pareja que dure: la mujer debe ser por
lo menos cinco años menor que el hombre, tener un nivel educativo superior y no contar con
matrimonios anteriores.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista European Journal of
Operational Research con el título "Optimising The Marriage Market" (Optimizando el mercado
matrimonial). Los autores entrevistaron a 1534 matrimonios y parejas en relaciones estables hace
cinco años. Hace unos meses, volvieron a contactarse con 1074 de ellos para analizar cuántos habían
seguido "felizmente casados".
A partir de entonces, elaboraron una fórmula que incluyó variables tales como educación, edad,
nacionalidad y cantidad de matrimonios anteriores. Así, hallaron el factor que tenían en común las
parejas que habían fracasado, que fueron un tercio del total.
"La investigación demostró que el éxito en el matrimonio depende de factores objetivos tales
como la diferencia de edad, el nivel educativo y cultural, entre otros. Así, se postula una
aproximación matemática acerca de cómo lograr optimizar el rendimiento de un matrimonio y reducir
las posibilidades de fracaso o divorcio", señala el documento original del estudio.
Respecto de la edad, hallaron que si la esposa es cinco años mayor que el marido (o más) tiene
tres veces más probabilidades de divorciarse que si los dos tuvieran la misma edad. En parejas en
las que la mujer es cinco años menor se registró el menor número de fracasos. El índice de
divorcios fue seis veces más bajo.
Las parejas en las que ninguno de los dos tenía estudios resultaron las que menos funcionaron.
En aquellas en las que ambos eran instruidos, el promedio de divorcios fue de la mitad. En cambio,
si la mujer tenía un nivel educativo superior, la pareja tenía ocho veces más probabilidades de
perdurar en el tiempo.
En la Argentina, la socióloga Gabriela Gómez Rojas, del Instituto Gino Germani, llevó a cabo dos
investigaciones similares basadas en un sondeo de más de 1500 casos.
"Aunque se trata de uniones en las que esté presente el amor, prefiero hablar de mercado
matrimonial, al que concurren hombres y mujeres como oferentes y demandantes", dice.
Ese estudio demostró que los porteños prefieren casarse con personas que tienen similares
niveles educativos, sociales, culturales y económicos. En más de la mitad de los hogares (53%) los
miembros de la pareja pertenecen al mismo nivel socioeconómico y educacional.
En al menos el 19% de los matrimonios, las mujeres pertenecen a niveles socioeconómicos más
bajos En cambio, en otro 28%, ellas pertenecen a clases sociales más altas.