El chofer de la combi que trasladó al turista inglés asesinado frente a un hotel del barrio porteño de Puerto Madero aseguró ayer que quedó "shokeado" por el episodio y dijo que el delincuente que cometió el crimen efectuó un primer disparo hacia una de las víctimas, pero que el balazo no salió y aclaró que durante el viaje desde el aeropuerto y hasta que comenzó el asalto no vio "nada raro".
"Contactamos a los pasajeros con un cartel impreso con los datos que nos pasa la agencia. Me presento cordialmente, los llevo hasta la combi, cargamos el equipaje y vamos al hotel", relató ayer a Telefé Noticias el conductor Enrique Piacampo.
"Al llegar al hotel abrí la puerta lateral para que empezaran a bajar y di la vuelta para sacar el equipaje. Primero iba a bajar la silla de ruedas de la señora mayor. Abrí las dos puertas, bajo primero la maleta que había arriba de la silla y el maletero me la saca y se va adentro del hotel", relató el chofer e indicó que en ese momento comenzó el asalto alrededor de él.
"En la acción escucho las palabras «maleta» y «reloj», pensado que era otro empleado del hotel que venía a ayudarlos, no llegué a ver al delincuente porque vine hacia atrás y no tengo vista hacia adelante", continuó.
El chofer explicó que recién se dio cuenta de que era un asalto cuando vio "al chorro apuntándole al pasajero" y que ahí atinó a cubrirse detrás de "las puertas" de la combi.
"Ahí veo que el primer disparo no sale y que el pasajero, pensando que el arma no tenía balas, sigue forcejeando con los chorros", señaló y añadió: "Yo traté de cubrirme, quería que pasara rápido, que fuera sólo un robo y no que termine de esta forma".
"Fue un momento muy complicado, estaba shockeado", recordó el chofer, quien contó que tras el asalto la señora de la silla de ruedas y el otro hijo de Gibbard "quedaron abrazados adentro de la combi".
"No sabía qué decirles en ese momento porque tenía un nudo en la garganta. Fueron 40 segundos pero para mí fue mucho más tiempo", concluyó.