En septiembre de 2021, las autoridades federales de EEUU se alarmaron por el número de bebés que se habían asfixiado tras ser acostados en un popular colchón infantil. Emitieron un aviso urgente a los padres: dejen de usarlo inmediatamente. Al verificarse oficialmente la muerte de 8 bebés en incidentes con una marca de este producto, se ordenó la retirada del mercado de más de 3 millones de unidades. Pero al menos 26 bebés han muerto en EEUU mientras dormían en estos artículos más allá de la marcha (ver foto), según un exhaustivo informe del canal NBC News del 25 de mayo pasado. En EEUU se los llama “Newborn Loungers pillows” y son tanto de la marcha retirada, Boppy, como de otras, que siguen en venta.
La Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo (Consumer Product Safety Commission) advirtió de que el colchón para recién nacidos Boppy, vendido a padres que confiaban en el artículo como un lugar seguro para colocar a sus bebés, estaba relacionado con la muerte de ocho bebés. La agencia federal anunció la retirada de más de 3 millones de estos artículos. Los miembros de la CPSC quisieron ir un paso más allá. No era sólo una marcha era la que planteaba una amenaza potencialmente letal, sino que la agencia se planteó una amplia regulación de otras marcas de colchones para bebés, que algunos expertos y funcionarios consideraban tan inseguras como la de marca Boppy. La medida podría haber obligado a los fabricantes a rediseñar sus productos o dejar de venderlas, según entrevistas con empleados y ex empleados de la CPSC, representantes del sector y defensores de la seguridad.
Pero un día después de que se anunciara la retirada de Boppy, los dos integrantes republicanos de la CPSC -que en aquel momento tenían la mayoría- desecharon esa medida y aprobaron un plan anual que eliminaba la propuesta para regular los colchones infantiles o “Newborn Loungers pillows ”. Y desde entonces han seguido muriendo bebés en EEUU.
NBC News ha descubierto que al menos cinco bebés han muerto en incidentes relacionados con colchones o reposeras para bebés desde fines de septiembre de 2021, según los registros de la CPSC y los informes enviados a la agencia. Cuatro días después de la votación de la CPSC y menos de una semana después de la retirada de Boppy, un niño de 3 meses de Texas murió mientras dormía en un producto de la compañía; su padre se había quedado dormido y se despertó para encontrar a su hijo tumbado boca abajo, según los funcionarios locales que informaron a la CPSC.
Se retiró una marca, pero luego los republicanos bloquearon la extensión de la orden a otras y siguieron las muertes Se retiró una marca, pero luego los republicanos bloquearon la extensión de la orden a otras y siguieron las muertes
Meses más tarde, un niño de 4 meses murió asfixiado en un colchón fabricado en China que se anunciaba en Amazon como “perfecto para dormir juntos”. Además de esas cinco muertes, NBC News determinó que al menos otros 21 bebés murieron en colchones o reposeras para bebés desde diciembre de 2015 hasta septiembre de 2021, más del doble de las muertes que la CPSC citó en advertencias públicas sobre marcas específicas de este producto. Este recuento se basa en un examen de datos gubernamentales, documentos judiciales, informes públicos revisados por la CPSC, informes de médicos forenses y registros obtenidos a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información.
Muchos de los informes de incidentes citaban asfixia, sofocación o pérdida de oxígeno como causa de la muerte, y siete demandas judiciales acusan a los colchones de causar la muerte de los bebés. En algunos de los informes enviados a la CPSC, estos productos figuraban como uno de los múltiples factores que contribuían a crear un entorno inseguro para dormir, mientras que en otros no se mencionaba ninguna causa de muerte. En un caso, después de que un bebé de 11 días muriera de Covid en uno de estos colchones, una agencia gubernamental local identificó el “sueño inseguro” como posible factor de la muerte. Todos los bebés tenían menos de un año; el más pequeño tenía 4 días.
“Es exasperante, y no tiene sentido”, dijo Megan Parker, de Alton, Illinois, cuya hija de 2 meses, Layla, murió en una Boppy en 2019. “No entiendo por qué no impulsaran esa información, sabiendo que hay más muertes que no se reportan. Podría salvar vidas”.