En los últimos meses, Argentina registró un crecimiento en las compras vía courier, es decir, adquirir productos extranjeros y recibirlos en tu casa, de forma ágil y efectiva. Este aumento mediante aplicaciones como Shein y Temu liderando el sector, se debe a la desregulación de medidas de comercio exterior que impulsó el Gobierno Nacional desde mediados de 2024. Entre las nuevas medidas, se incluye la flexibilización de normativas aduaneras, reducción de impuestos y mejoras en la logística, facilitando la llegada de productos importados a precios más accesibles para el mercado argentino.
Según fuentes del sector, las importaciones en nuestro país vía courier, entre enero y mayo, subieron 58% frente a igual período del año pasado, con tecnología, ropa y accesorios liderando la demanda. Se estima que el 80% de la ropa importada ingresa a través de la aplicación Shein.
De esta manera, las plataformas cross-border van tomando popularidad en Argentina, con una publicidad masiva a través de influencers y famosos, que postean videos en las redes sociales mostrando las prendas adquiridas.Sin embargo, en otros países, como Francia están creando medidas para frenar el consumo de moda rápida debido a su impacto directo en el medio ambiente.
Según Earth.Org, el término moda rápida que ha cobrado mayor relevancia en las conversaciones sobre moda, sostenibilidad y concienciación ambiental; se refiere a: “Prendas de bajo coste y producción que copian los últimos estilos de las pasarelas y se venden rápidamente en las tiendas para aprovechar al máximo las tendencias actuales”.
Impacto Ambiental
En materia ambiental, el modelo de moda ultra rápida genera preocupación por su volumen de desechos textiles. La ONU estima que este sector representa entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, considerando además el transporte marítimo y los vuelos internacionales. Puntualmente, las emisiones derivadas del transporte de productos hacia y entre instalaciones de Shein, así como a los clientes (incluidas las devoluciones), sumaron 8,52 millones de toneladas métricas en 2024, frente a 7,49 millones en 2023. Esto representa una suba del 13,7 por ciento.
Página 3 - Imagen de portada
Por otro lado, las autoridades de Corea del Sur revelaron que parte de la ropa infantil vendida por Temu, y Shein contienen sustancias que pueden ser tóxicas, como cadmio y plomo. De acuerdo al informe del Gobierno Metropolitano de Seúl, algunos artículos han excedido hasta en 622 veces los límites legales de sustancias tóxicas.
En Argentina, y en todo América Latina, la problemática de residuos textiles y la informalidad en la disposición de prendas usadas es objeto de debate, incluso en foros internacionales. Un ejemplo concreto es el caso del desierto de Atacama en Chile donde hay toneladas de ropa desechada.
Según la Fundación Ellen MacArthur, sólo se recicla el 12% de los residuos textiles del mundo. Y sólo el 1%, de la ropa usada se recicla para hacer nuevas prendas; la mayor parte se utiliza para artículos de poco valor, como aislantes o relleno de colchones. Pero en ningún lugar es el problema más urgente que en China, el mayor productor y consumidor textil del mundo, donde se tiran más de 26 millones de toneladas de ropa al año, según estadísticas gubernamentales.
La problemática de China
La huella de China es mundial; las marcas de comercio electrónico Shein y Temu convierten al país en uno de los mayores productores mundiales de moda barata, con ventas en más de 150 países. Se trata en definitiva, de moda rápida, confeccionada con materiales sintéticos no reciclables y sin algodón, elaborados a partir de derivados del petróleo que contribuyen significativamente a la contaminación del aire y el agua.
Además, la política interna de China no ayuda. Particularmente el algodón reciclado de la ropa usada tiene prohibido utilizarse para fabricar nuevas prendas dentro del territorio.En cambio, otros países ya están tomando medidas para proteger sus fábricas y mitigar la contaminación generada
Francia, el primer país en responder
Francia se convirtió en el primer país en legislar contra la ultra fast fashion, al sancionar una ley histórica cuyo objetivo es fomentar la sostenibilidad y proteger a la industria europea de la competencia desleal.
La nueva normativa, aprobada casi por unanimidad en el Senado francés, establece medidas claves: prohíbe la publicidad de marcas consideradas de ultra fast fashion e impone multas ambientales que llegarán hasta los 10 euros por prenda en 2030. Además, una de las novedades que introduce esta legislación es la diferenciación entre el fast fashion tradicional (representado por marcas como Zara o H&M) que quedarían por fuera de la normativa y el ultra fast fashion como Shein o Temu, a quienes se les aplicarán estas sanciones más severas.
Esta decisión llega en un contexto alarmante para el país: las ventas de moda rápida no dejan de crecer año tras año, generando, según datos de la agencia Ademe, un desecho de 35 prendas por segundo. De esta manera, Francia renueva su compromiso con la mitigación del impacto ambiental, ya que esta nueva ley se suma a la ley AGEC, en vigor desde 2020, que prohíbe la destrucción de ropa no vendida y exige un etiquetado ecológico en las prendas.
En definitiva, el modelo de negocio de plataformas como Shein y Temu, basado en el consumo excesivo y prendas de corta duración, genera un impacto ambiental profundo y sostenido en el tiempo. Frente a esto, diversos países comienzan a regular, pero en Argentina aún queda camino por recorrer. Como consumidores, tenemos un rol clave: informarnos, cuestionar lo que compramos y visibilizar los efectos que este tipo de consumo tiene sobre el ambiente.