En un año complejo, donde todas las miradas están puestas sobre el proceso electoral y la situación socioeconómica que atraviesa el país, es evidente que las cuestiones inherentes a la problemática ambiental no son tema prioritario. Argentina se encuentra en una situación crítica, con niveles de inflación por encima del 113% interanual e índices de pobreza superiores al 40% y en aumento, con porcentajes aún no publicados por el INDEC para el primer semestre del 2023. Frente a esta coyuntura crítica y desesperante, se está ignorando la cuestión ambiental, la cual podría significar una herramienta para negociar frente al mundo, y podría utilizarse para mejorar la calidad de vida y la realidad social de nuestro país, además de generar financiamiento para el sector privado.
En este contexto, dentro de los próximos meses se llevarán a cabo las principales cumbres globales que tienen por objeto debatir y negociar las posibles soluciones frente a la crisis climática, ya indiscutida en el mundo. Por un lado, el 9 y 10 de septiembre se realizará la 18ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 en Nueva Delhi, India. El resultado de esta cumbre será una Declaración de los Líderes del G20, en la cual se plasmarán los compromisos asumidos por los países participantes. Durante el mes de julio las Academias de Ciencias de los estados miembros del G20 y países invitados, se reunieron “para reconocer la necesidad de una ciencia transformadora para el desarrollo sostenible en el espíritu de Vasudhaiva Kutumbakam (Una Tierra, Una Familia, Un futuro)”. Las reuniones Science20 (S20), organizadas por India durante su presidencia del G20, deliberaron sobre los siguientes subtemas: "Energía limpia para un futuro más verde", “Salud Universal y Holística" y “Conectando la Ciencia con la Sociedad y la Cultura”.
Por otro lado, desde el 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) acogerán la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la ciudad de Dubái (COP28). Su programa se orienta a responder a los compromisos asumidos hace 7 años en el Acuerdo de París, teniendo como horizonte el 2030.
Asimismo, el 31 de octubre tendrá lugar en Nairobi, Kenia, la 163ª Reunión del Comité de Representantes Permanentes. Este Comité es el encargado de preparar las reuniones de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente y revisar regularmente la implementación de sus decisiones. Está integrado por representantes de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas y miembros de sus organismos especializados, y de la Unión Europea, previamente acreditados. Argentina es miembro acreditado, figurando el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación Juan Cabandié dentro de la nómina de Ministros.
Adicionalmente, este año se celebrarán cuatro Semanas Regionales del Clima para dar impulso a la COP28. La correspondiente a nuestra región es la Semana del Clima de América Latina y el Caribe (LACCW 2023), que se realizará en la Ciudad de Panamá, del 23 al 27 de octubre. Este evento se organizará en paralelo a la XXIII Reunión del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe (del 23 al 27 de octubre de 2023).
Frente a todos estos eventos decisivos para la inserción internacional de Argentina en debates ligados al cambio climático, es muy difícil imaginar a nuestro país con una postura o posicionamiento claro. Todos estos encuentros se dan en un momento complejo, con procesos electorales desarrollándose en todos los niveles del Estado y con un cambio de gobierno nacional en puerta. Como evidencia clara de lo que cabe esperar de esta situación, durante los días que se llevará a cabo la COP28, estaremos viviendo la asunción del nuevo o nueva presidente, con los respectivos cambios ministeriales que ello implica. Es evidente que las autoridades nacionales que viajen a esta Conferencia de las Partes en representación del gobierno actual no estarán en condiciones de hacer seguimiento de las acciones y compromisos asumidos luego de finalizadas sus funciones.
En este escenario de incertidumbre política, y con todos estos eventos globales a concretarse en breve, Argentina está perdiendo grandes oportunidades para negociar, por ejemplo, cuestiones vinculadas al financiamiento climático y el canje de deuda, que podrían contribuir a mejorar nuestra situación frente a organismos internacionales.
Este panorama abre expectativas a lo que sucederá en un próximo gobierno, ya sea que continúe el oficialismo con Sergio Massa o asuman los candidatos de la oposición Javier Milei o Patricia Bullrich como jefes de Estado. En una campaña vacía de propuestas concretas en torno a la gestión del tema ambiental, no hay demasiadas probabilidades a la vista sobre una futura administración que asegure un mayor protagonismo al tema, que tome en consideración las oportunidades reales de negociación que trae consigo y que entienda la urgencia de tratar la crisis climática para garantizar el bienestar socioeconómico de la población.
Las consecuencias de la crisis climática se están incrementando, lo estamos viendo en los años de sequía que bajan la productividad del campo, en los incendios que afectan la biodiversidad y la calidad de vida de la población, en los aumentos notables de la temperatura global, entre otras. Esto afectará progresivamente a las esferas económicas, productivas y sociales. El cambio climático es real, y no se puede seguir aplazando su tratamiento. En este aspecto cabe preguntarse, ¿qué tipo de presidente vamos a tener? ¿Qué compromiso tendrá con la causa ambiental? ¿Seguiremos dentro del Acuerdo de París? ¿Qué pasará con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero? ¿Se seguirá trabajando en el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático al 2030?¿Qué sucederá con la implementación del Acuerdo de Escazú que aboga por mejorar la democracia ambiental? ¿Se cumplirán las leyes ambientales vigentes? ¿Se sancionarán nuevas? Todas estas cuestiones son incógnitas que ningún candidato parece tener intenciones de aclarar. Solo queda aguardar con preocupación y expectativa el futuro ambiental de la Argentina.