Fernando Montalbano ama el buen decir, el buen pensar y el buen cantar. Por eso hace décadas que interpreta canciones de Joan Manuel Serrat, pero claro, con su estilo. Es “una especie de cadencia suave de milonga”, dirá el músico rosarino. Eso es lo que lo llevó a que muchos de aquí y del exterior paren la oreja con su pulso serratiano. Y este jueves, a las 20, en el Centro Cultural Fontanarrosa, en el marco de la Feria Internacional del Libro Rosario 2022, presentará su nuevo espectáculo poético-musical “Serrat con acento argentino”, que será el puntapié de su gira gira nacional e internacional. En una entrevista con La Capital, Montalbano dijo que “la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita”, criticó al mercado musical actual, basado en el rap y el trap, que “confunde carencia con virtud, y eso ha empobrecido no sólo el lenguaje musical, sino la cultura”. Y concluyó que “Serrat no es moda, es memoria viva”.
Lucía (Joan Manuel Serrat) - Fernando Montalbano
—¿Cuál sería el acento argentino de Serrat que elegiste darle a tu espectáculo?
—Hace ya bastante tiempo que los españoles, por ejemplo, me comentan que les gusta cuando canto a Serrat con el “acento argentino”, ese decir nuestro que, en realidad, para ser más preciso, corresponde a los que somos de esta región, que bien podría definirse como un modo rioplatense del castellano. Y ahí comencé a darme cuenta de que les llamaba la atención esa especie de cadencia suave de milonga que tengo al cantar. A ese auto-descubrimiento, comencé a sumarle ideas de arreglos musicales distintos, muchos de ellos en base a ritmos folclóricos argentinos y sudamericanos, donde la guitarra criolla adquiere un rol central en lo que hace al sonido. A ese concepto le sumé relatos y poemas propios y de autores como Mario Benedetti, Oliverio Girondo, Eduardo Galeano y Alejandro Dolina.
—¿Qué canciones o relatos elegiste para darle concepto a este show y por qué?
—Están los clásicos, como “Mediterráneo”, “Lucía”, “Cantares”, “Esos locos bajitos”, “De vez en cuando la vida”, “Vagabundear”, “Pueblo blanco”, “Poema de amor” o “Tu nombre me sabe a hierba”, pero también canciones de altísimo registro poético como “Tío Alberto”, “Una mujer desnuda y en lo oscuro” (con letra de Mario Benedetti), y testimonios sociales de notable vigencia como “A quien corresponda”. A ello, le agrego mi propia versión en español de un tema originalmente escrito en catalán hace casi cincuenta años, como “Pare” (Padre), una premonitoria denuncia poética sobre el ecocidio que hoy se cierne sobre nuestra casa común, el planeta Tierra, y particularmente aquí, sobre los humedales de la ciudad de Rosario, junto a la contaminación agrotóxica de nuestros campos. Además, compuse una canción especialmente para este espectáculo: “Un país llamado Serrat”.
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Con la camiseta de Serrat. Fernando Montalbano, de estreno.
—¿A qué lugares llevarás “Serrat con acento argentino”, tanto en Argentina como en el exterior?
—La gira incluye varias presentaciones en Buenos Aires, Santa Fe, La Plata, Rosario y una larga lista de localidades argentinas. El año que viene hay muchas posibilidades de llevar el espectáculo a Uruguay, Colombia y España. La despedida del Nano durante 2022 augura un clima de abstinencia serratiana en muchas latitudes durante 2023, y allí estaré con mi canto, para abrazar a los sedientos de su obra interpretada en directo, ya que la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita. Y somos una inmensa minoría que la bebemos como el agua.
—¿En momentos de trap y música fácilmente digerible una figura de la talla de Serrat toma más jerarquía por su calidad y peso específico como autor o en cambio corre riesgo de que pierda oyentes y termine casi desapareciendo de las preferencias de la gente?
—Serrat es un clásico. Sus versos cantados fueron espejo de nuestras escenas íntimas y colectivas. Ya no es moda, es memoria viva, porque su música y su poesía son parte de la vida de los argentinos e hispanoamericanos. Como prueba de ello basta comprobar que innumerables jóvenes lo citan o cantan casi sin saber el origen de la frase que incorporan a su sentido cotidiano. Su obra ?equilibrada mixtura entre belleza, hondura y sentir popular? ha influenciado a varias generaciones de músicos y autores, y ojalá lo siga haciendo. Está en el inconsciente colectivo ya, a un lado y el otro del océano, como los tangos de Gardel y de Discépolo, como las zambas de Atahualpa Yupanqui. Por lo que hoy escucho, el mercado confunde carencia con virtud, y eso ha empobrecido no sólo el lenguaje musical, sino la cultura. A mis alumnos, a mis hijos, a los nuevos músicos, a los cantautores urbanos del rap y el trap, por ejemplo, siempre les sugiero que si quieren contar historias con la voz, que enriquezcan su decir y su lengua, sus melodías y armonías, con los mejores: esos referentes históricos que siempre vienen galopeando desde el fondo de nuestra identidad, a entreverarse con lo nuevo y con lo que aún está por nacer. Los árboles, para poder extender sus ramas al cielo y dar frutos, deberán crecer desde raíces profundas; de lo contrario, cualquier viento los derrumbará.