La democristiana alemana Ursula von der Leyen se convirtió ayer en la primera mujer en ser electa presidenta de la Comisión Europea, el cargo más importante de la Unión Europea (UE), luego de superar por estrecho margen una votación de escépticos eurodiputados.
La dirigente, de 60 años, fue nominada para el puesto el mes pasado por los líderes de los 28 países del bloque, lo cual causó malestar en muchos integrantes del Parlamento Europeo, que debía ratificar su candidatura.
Aunque la Eurocámara de Estrasburgo prefería un candidato elegido por alguno de sus bloques políticos, finalmente Von der Leyen se aseguró el cargo por 383 votos contra 327, apenas nueve bancas por encima de la mayoría absoluta de 374 escaños.
La política, ministra de Defensa saliente de Alemania, reemplazará a Jean-Claude Juncker como jefa del Ejecutivo de la UE a partir del 1 de noviembre, el día después de la prevista salida del Reino Unido del bloque, y servirá un mandato de cinco años.
"Me siento tan honrada", dijo Von der Leyen, una políglota y madre de siete hijos, al agradecer que votaran por ella. "Es una gran responsabilidad, y mi trabajo empieza ya", agregó, citada por la agencia Europa Press.
La victoria de Von der Leyen evita a Europa un verano de crisis institucional y le permite hacer foco en cuestiones acuciantes como la deuda de Italia o las amenazas a los valores democráticos en Holanda y Polonia, dos países con gobiernos nacionalistas. En un discurso antes de la votación, Von der Leyen prometió "una Europa con mínimas emisiones para 2025, una Europa más social y competitiva, una Europa que haga uso de todo su potencial". "Garantizaré una total igualdad de género" en el equipo de 28 comisarios, agregó.
Von der Leyen apenas tuvo tiempo de prepararse desde que los 28 líderes del bloque la propusieran como candidata en virtud de un acuerdo de reparto de cargos. Según el arreglo, el bloque liberal Renovar Europa posicionó al primer ministro belga, Charles Michel, como presidente del Consejo Europeo, y el bloque socialista S&D se quedó con la Presidencia del Parlamento Europeo.
La francesa Christine Lagarde, quien anunció renunció como directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), fue nominada como presidenta del Banco Central Europeo (BCE).
En las horas anteriores a la votación, fuentes partidarias dijeron que Von der Leyen contaría con el apoyo de todo el bloque democristiano y "popular" (PPE), casi todo el liberal y hasta dos terceras partes de los socialistas. La elección fue secreta, pero el pequeño margen indica que sólo se ganó a los legisladores centristas y proeuropeos, y que varios eurodiputados de fuerzas tradicionales se abstuvieron.
Ayer, la candidata anunció que esta semana renunciaría al gobierno de la canciller Angela Merkel, subrayando sus ambiciones europeas. Merkel aplaudió que la sucesora de Juncker en Bruselas sea una mujer, la primera en ejercer este cargo, la primera alemana en 50 años, y que además sea una "europeísta convencida y convincente". "Pese a que hoy pierdo una veterana ministra, gano una nueva socia en Bruselas", agregó la canciller en un comunicado.
Además del Brexit y otros asuntos, la UE también enfrenta discusiones sobre nuevas reglas para distribuir a migrantes y refugiados luego de que el gobierno italiano comenzara a impedir los desembarcos de barcos que rescatan a migrantes náufragos.
Para ello, la presidenta de la CE necesitará una mayoría confiable en Estrasburgo, luego de que las elecciones de este año resultaran en una Eurocámara más fragmentada que nunca. La alemana ha hecho valer durante su primera intervención el valor de una nueva Comisión que repartirá las carteras a partes iguales entre hombres y mujeres y que tendrá las políticas de igualdad como prioridad, por ejemplo incluyendo la violencia de género en la lista de delitos reconocido en toda la Unión Europea. En materia climática ha dicho que trabajará para elevar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes de la Unión Europea, para "llegar al 50, si no el 55 por ciento" de aquí a 2030 y ha apuntado la transformación del Banco Europeo de Inversiones en banco ‘del clima', con la ambición de movilizar un billón de euros en inversiones en una década.