El jefe de Estado de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ganó el balotaje de las presidenciales turcas. "Gobernaremos el país por los próximos cinco años", dijo el mandatario ante un grupo de seguidores tras proclamar su triunfo. "Si Dios quiere, responderemos a su confianza", declaró desde lo alto de un autobús en su distrito natal en Estambul, donde agregó que el "gran ganador de esta jornada es Turquía". Erdogan vivió su más exigente prueba en 20 años de poder: por primera vez debió competir en una segunda vuelta. Y ganó por algo más de 4% sobre su competidor, un laico socialdemócrata, Kemal Kiliçdaroglu.
La agencia oficial Anadolu informó que, con el 98 por ciento de los votos escrutados, el mandatario obtuvo el 52,1 por ciento de los respaldos, frente al 47,9 de su rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu. En su discurso, Erdogan agradeció a la ciudadanía por acudir a las urnas y sostuvo que Kiliçdaroglu enfrentará las críticas de su partido por su mal desempeño electoral. "Bye, bye, Kemal", agregó en tono burlón. "Cumpliremos todas nuestras promesas", afirmó el jefe de Estado, que lleva 20 años en el poder, asegurando que "cada elección es un renacimiento. Estas elecciones han demostrado que nadie puede atacar los logros de esta nación", continuó.
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El socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu admitió la derrota y se declaró preocupado por el futuro de Turquía. Su coalición hizo de todas formas una elección histórica y tendrá un importante lugar en el Parlamento turco.
Kiliçdaroglu aceptó su derrota poco más tarde. De 74 años, dijo que estaba "realmente triste" por el futuro de su país. El líder opositor Kemal Kiliçdaroglu admtió su derrota en las elecciones presidenciales ys lamentar una enorme desventaja de recursos y medios de contralor de su Partido Republicano del Pueblo en una carrera electoral donde "todos los recursos del estado han sido movilizados" en beneficio de Justicia y Desarrollo, el partido del presidente y vencedor de los comicios, Recep Tayyip Erdogan.
El pasado 14 de mayo ninguno de los candidatos consiguió la mayoría necesaria para acceder a la jefatura del Estado en la primera ronda de las presidenciales, que se celebró junto a las legislativas, lo que forzó un inédito balotaje. Fue la primera vez en 20 años de poder que Erdogan se vio forzado a ir a la segunda vuelta. Además, la primera vuelta también dio forma al Parlamento, de manera que la oposición quedó con un importante bloque legislativo.
Erdogan cosechó felicitaciones de parte de mandatarios de línea nacionalista de derecha. El primer ministro húngaro Viktor Orbán felicitó a Erdogan por su "incuestionable" triunfo, al igual que el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani. El presidente ruso Vladimir Putin, dijo que el respaldo a Erdogan en las urnas era una muestra de apoyo a su "política exterior independiente". Desde el campo democrático, las felicitaciones al presidente turco llegaron más tarde, y en un tono más frío. EEUU, Francia y Alemania, entre otras naciones, enviaron su mensaje de congratulación a Erdogan.
Papel geopolítico clave
Erdogan llegó como favorito a la segunda vuelta, pese al deseo de cambio de una parte del electorado, la inflación galopante y las restricciones de las libertades en un país en el que hay decenas de miles de opositores presos o en exilio. El mandatario, de 69 años, llegó con semblante cansado a votar a mediodía en un barrio de Usküdar, donde lo esperaba una multitud entusiasta. El candidato opositor, que preside el Partido Republicano del Pueblo (CHP, laico) y aglutina a una coalición de seis partidos, votó por su parte en Ankara, la capital del país.
Los comicios en Turquía, de 85 millones de habitantes y miembro de la OTAN, fueron observados de cerca tanto por las democracias occidentales como por los países de Oriente Medio debido a su rol geopolítico clave.