Tras meses de parálisis política y de una profunda crisis institucional, la primera ministra británica, Theresa May, prometió hoy a su bancada legislativa que renunciará si el Parlamento aprueba su Acuerdo de Salida de la Unión Europea (UE), una oferta que podría convencer al sector rebelde del oficialismo pero no a sus aliados norirlandeses.
"Sé que hay un deseo de un nuevo enfoque y un nuevo liderazgo en la segunda fase de las negociaciones del Brexit, y no lo obstaculizaré", dijo a May a los diputados conservadores en una reunión a puertas cerradas, que luego fue reseñada en un comunicado oficial.
"Sé que algunas personas están preocupadas de que si votan el Acuerdo de Salida, yo lo tomaré como un mandato para empezar rápidamente la segunda fase sin el debate que debemos tener. No lo haré. Escucho lo que están diciendo, pero necesitamos hacer avanzar el acuerdo y concretar el Brexit. Estoy preparada para dejar el cargo antes de lo que tenía planeado para poder hacer lo correcto para mi país y mi partido", agregó.
Mientras algunos diputados conservadores adelantaron a los medios que apoyan la propuesta de May, la líder de los aliados norirlandeses del DUP, Arlene Foster, adelantó que su partido no apoyará de ninguna manera el texto del Acuerdo de Salida de la primera ministra.
La semana pasada, la UE acordó otorgar una prórroga al Reino Unido para cambiar la fecha del Brexit del próximo viernes 29 al 12 de abril, en principio.
Según esta prórroga, si para el 12 de abril May no logró aprobar el acuerdo que firmó con la UE, tendrá dos opciones: abandonar el bloque europeo sin un marco regulatorio definido o aceptar participar de las elecciones legislativas europeas de mayo y obtener una postergación del Brexit más extensa.
Si May logra antes del 12 de abril que el Parlamento apruebe el acuerdo de Brexit que ya rechazó dos veces, entonces tendrá hasta el 22 de mayo, justo antes de las elecciones legislativas europeas, para abandonar la UE de manera ordenada y consensuada.
Si la oferta de renuncia de May convence a su base aliada en el Parlamento, la "segunda etapa" de negociaciones que mencionó la première en su mensaje a los diputados conservadores podría comenzar el próximo 22 de mayo y con ella la lucha interna del Partido Conservador para elegir a un nuevo jefe de gobierno.
Hoy se suponía que debía ser una jornada de rebeldía parlamentaria contra la primera ministra y su plan para salir de la UE. La Cámara de los Comunes había aprobado el lunes pasado habilitar a los diputados a presentar propuestas alternativas al acuerdo y la hoja de ruta de May y someterlas a voto. Pero la serie de "votaciones indicativas", el intento del Parlamento de independizarse del liderazgo de May en el tema Brexit, quedó opacado por la oferta de la première de poner su renuncia sobre la mesa.
May no dio una fecha clara para su renuncia, pero el gobierno sí convocó a una sesión de la Cámara de los Comunes para votar, por tercera vez, el texto del Acuerdo de Salida que la UE aprobó a finales del año pasado y que establece cómo será el Brexit, el período de transición y qué reglas deberán cumplir ambas partes durante el divorcio.
No solo no está claro si May conseguirá el apoyo completo de su partido, sino que no se sabe cómo hará para sortear la negativa del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, quien explicó una y otra vez que los diputados no pueden votar el mismo texto que ya rechazaron dos veces.
En medio de esa incertidumbre, el líder de la oposición, el jefe laborista Jeremy Corbyn, intentó frenar el posible consenso oficialista alrededor de la renuncia de May y volvió a pedir elecciones anticipadas.
"La promesa de Theresa May a los diputados conservadores de que renunciara si votan su acuerdo demuestra de forma definitiva que sus caóticas negociaciones del Brexit se deben a un mal manejo partidario, no a principios o al interés público. Un cambio de gobierno no puede ser un arreglo conservador, el pueblo debe decidir", sentenció el líder del Laborismo.