El próximo 28 de julio asume la Presidencia del Perú Pedro Castillo, finalmente consagrado mandatario electo el pasado lunes 19 de julio por las autoridades electorales. Había vencido a Keiko Fujimori en la segunda vuelta del 6 de junio. Pero ante la confirmación definitiva de la victoria, vuelve a presentarse en Perú el temor que provoca Castillo y el partido que lo postuló, Perú Libre, entre empresarios y clases medias urbanas. El sindicalista rural es un hombre de izquierda que desplegó un discurso de campaña decididamente contrario a la economía de mercado y que prometió cambiar por completo el modelo adoptado por el país desde los años 90, y que le ha dado más de dos décadas de envidiable estabilidad con crecimiento sostenido.
Dina Boluarte, vicepresidenta electa, indicó que Pedro Castillo tendrá un gabinete ministerial “sobrio, sereno, técnico y profesional”, a fin de enfrentar la crisis económica que causó en Perú el Covid-19.
“Creo que con el trabajo vamos a ir ordenando poco a poco el país, además proponiendo un gabinete sereno sobrio, técnico y profesional para enfrentar de manera seria los problemas que no solo en campaña hemos podido verificar, sino que tenemos 200 años de que el Perú no ha caminado más allá de lo que ha permitido una economía dominante en el país, que no somos todos, es un grupo”, expresó.
“Nosotros estamos proponiendo hacer un referéndum, poner en consulta a la población peruana y que el pueblo peruano decida por referéndum si vamos o no a una Asamblea Constituyente. Ese es el mecanismo , en primer lugar, que vamos a proponer al pueblo peruano”, agregó.
La vicepresidenta replanteó así la principal propuesta de campaña de Castillo, aprobar una Asamblea Constituyente a través de un referéndum, a fin de redactar una nueva Constitución que reemplace a la de 1993, que tanto él como su partido tildan de "neoliberal".
Pero la vicepresidenta Boluarte insistió en bajar la tensión y pidió “deponer” las actitudes que han provocado la polarización en el Perú durante la segunda vuelta. “Creo que es responsabilidad de todo los peruanos, de las empresas, de los que vienen a invertir al país, del sector económico, de la prensa inclusive, que es el momento de deponer estas actitudes que han polarizado al país”, subrayó.
“La polarización no va a generar mejores economías, mejor salud, mejor educación. El país polarizado no va a encontrar una ruta de unidad”, sentenció la vicepresidenta electa. Evitó recordar que Castillo hizo campaña en base a una continua polarización, y no solo contra la postulante derechista Keiko Fujimori.
La semana pasada Pedro Castillo reiteró en su cuenta en Twitter su propuesta de aprobar una nueva Constitución “aprobada en democracia” y “sin amenazas golpistas”. Indicó que solo así se avanzará “dentro del cauce democrático para terminar con la histórica discriminación que sufren nuestros pueblos andinos, amazónicos, afrodescendientes y nuestras poblaciones vulnerables a la violencia machista, clasista y racista”. Agregó: “El Perú del Bicentenario merece una Constitución forjada desde el diálogo pluricultural, la reconciliación y el compromiso con la dignidad de todos/as. Una constitución impulsada por su noble pueblo y aprobada en democracia, sin amenazas golpistas”, expresó.
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Pero la nueva Constitución podría sepultar el modelo económico de los 90, que dio a Perú un prolongado período de crecimiento y de desarrollo, al meneos en las zonas más aventajadas, como Lima, Callo y el norte del país, que no votaron por Castillo ni en primera ni en segunda vuelta. El temor de los empresarios es que Castillo imponga un modelo socialista "duro" al estilo chavista, o al menos al de Evo Morales en Bolivia, mucho más racional pero de fuerte intervencionismo estatal.
El rol de Pedro Francke
El único heraldo de la moderación en las filas del presidente designado por ahora es el economista Pedro Francke, un conocido profesional que trabajó con el ex presidente Alejandro Toledo y es el gran candidato a ocupar la cartera del área con Castillo.
Francke ha salido reiteradamente a calmar a los empresarios y precisar que el futuro gobierno se guiará por un reformismo moderado. En su sitio web, Pedro Francke publicó una extensa declaración, en al que habla al parecer en nombre del presidente consagrado, Pedro Castillo.
Allí dice: "respetaremos la autonomía del Banco Central de Reserva, que ha realizado una buena labor manteniendo la inflación baja durante más de dos décadas"...El Banco Central peruano es una de las bazas de las reformes promercado de los 90s. Todos los presidentes que se sucedieron luego del retorno a la democracia en 2000 respetaron tanto al Banco Central como a las bases de la política económica que impuso Alberto Fujimori.
Agrega Francke en su sitio web: "Reiteramos que no hemos considerado en nuestro plan económico estatizaciones, expropiaciones, confiscaciones de ahorros, controles de cambios, controles de precios o prohibición de importaciones. La 'economía popular con mercados' que preconizamos promueve el crecimiento de las empresas y negocios, en particular la agricultura y las pymes, con el fin de generar más empleos y mejores oportunidades económicas para todos los peruanos".
"Mantendremos un diálogo abierto y amplio con los diversos sectores de empresarios y emprendedores honestos, cuyo rol en la industrialización y desarrollo productivo es fundamental. Garantizar el derecho a la salud y la educación para todos requiere mejorar la calidad y aumentar el gasto social, lo que debe fundamentarse en reformas tributarias a la minería para elevar la recaudación en el marco de una política de sostenibilidad fiscal, con reducción paulatina del déficit público y respetando todos los compromisos de pago de la deuda pública peruana.”. En suma, habrá más presión fiscal para la minería, pero a la vez se hacen promesas de ortodoxia fiscal y monetaria.
El tema minero es un punto clave. Francke ha dicho y repetido que se subirán los impuestos a las mineras multinacionales. Castillo había hablado en un tono mucho más aguerrido durante la campaña, en especial la de la primera vuelta.
Las mineras no se opondrían a una revisión “con cautela” de las reglas tributarias, siempre según Pedro Francke. Este le dijo a la agencia Reuters que esa es la percepción que ha recogido tras una decena de reuniones en las últimas semanas con inversionistas nacionales y extranjeros, y algunos empresarios del sector de Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre.
“En general se ha establecido un buen diálogo, en la que se eliminan buena parte de las preocupaciones que tienen, y creo que hay bastante apertura”, agregó.
El asesor presidencial y casi seguro ministro dijo que en las reuniones el plan de mayores impuestos a la minería se entendió que “es razonable” con los altos precios internacionales de los metales, pero le dijeron que se debe tener mucho cuidado en “no matar” los incentivos y en que el dinero recaudado sea bien invertido.
“Pero no hay una cerrazón por parte del sector minero de una nueva revisión de las reglas tributarias al respecto, pero con cautela”, afirmó Francke.