Siete misiles lanzador por el grupo islámico palestino Hamas cayeron hoy en Jerusalén durante la celebración del Día de la ciudad, que es la capital del país para los israelíes. Cientos de civiles israelíes debieron correr a buscar refugio mientras las sirenas sonaban en la ciudad. Los niños de las escuelas también debieron abandonar sus clases para correr a los refugios. Hubo ataques similares en el sur de Israel, contra Ashkelon, Sderot y otras localidades. Unos 70 cohetes fueron lanzados por Hamas desde la Franja de Gaza. La fuerza aérea israelí lanzó una represalia contra las bases de cohetes en Gaza, con un saldo provisional de 9 muertos.
La salva de misiles palestinos sumaba hasta esta tarde alrededor de 70 cohetes en apenas dos horas. "Es un mensaje que el enemigo comprende", dijo un vocero del brazo armado de Hamas.
Hamas había lanzado un ultimátum y una vez vencido comenzó el bombardeo con cohetes de gran alcance. Hamas centró sus disparos contra las localidades del sur de Israel vecinas a Gaza, pero esta vez también atacó a Jerusalén, que sufrió el bombardeo de 7 misiles palestinos. El ataque ocurrió en plena celebración del Día de Jerusalén, con miles de ciudadanos celebrando en las calles de la capital. Es que nadie pensó que Hamas podría atacar a tanta distancia de la Franja de Gaza.
En la mañana del lunes un vocero militar de Hamás declaró que antes de las 18 horas Israel debía evacuar todas sus fuerzas de seguridad de la mezquita de Al Aqsa, en el Monte del Templo, así como del barrio Sheikh Jarrah de Jerusalén Este, foco de incidentes en los últimos días en medio de un conflicto legal entre el Estado y un grupo de familias palestinas que corre riesgo de desalojo de sus hogares.
Carreteras cercanas a la Franja de Gaza fueron clausuradas por la alta probabilidad de ataques con misiles antitanque del otro lado de la cerca fronteriza. Hubo al menos un ataque de este tipo contra un civil israelí, que debió ser hospitalizado. Se tomaron fuertes medidas de seguridad por el temor a un ataque al aeropuerto internacional Ben Gurión. Y el gabinete de seguridad fue convocado para discutir la situación y prepararse para una escalada que podría incluir ataques al centro del país.
Segundos después de las 18, cuando venció el ultimátum, comenzaron los ataques desde Gaza hacia diferentes puntos del país. En el sur un automóvil fue impactado por un misil, sonaron las sirenas en Ashkelon, Sderot y diferentes comunidades de la zona fronteriza, y Jerusalén, la capital del país para los israelíes, fue blanco de siete misiles.
La Yihad Islámica, otra formación radical palestina, afirmó que había impactado directamente en un jeep militar israelí cerca de la frontera con Gaza. El ejército de Israel confirmó que se había registrado el "impacto contra un vehículo civil cuyo ocupante resultó levemente herido y recibe tratamiento médico en un hospital". Según el ejército israelí, a lo largo de dos horas cayeron alrededor de 70 cohetes en el sur. Un vocero de Hamás reivindicó el ataque con misiles a Jerusalén "en respuesta a los crímenes y ataques en Sheikh Jarrah y la mezquita de Al Aqsa".
Las crecientes tensiones en torno a Jerusalén se deben a varias causas. Entre ellas, la amenaza de desalojo de varias familias palestinas de sus hogares en Jerusalén Este por parte de colonos judíos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel indicaron que uno de los siete cohetes había sido derribado a través del sistema defensivo Cúpula de Hierro. La sirena antimisiles sonó durante la celebración del Día de Jerusalén, con miles de manifestantes celebrando la jornada nacional en las calles de la capital.
El servicio de emergencia Magen David Adom informó que "un hombre de 49 años de Sderot resultó levemente herido por fragmentos de vidrio en la cara y sus extremidades" producto de uno de los misiles que cayó en el sur del país. Poco después de los ataques palestinos, la fuerza aérea bombardeó objetivos en el norte de la Franja de Gaza. Informes palestinos indican que se produjeron al menos 9 muertes en estos eventos.
El premier Benjamin Netanyahu se reunió con la cúpula militar y parte de su gabinete para analizar la situación y las respuestas militares al bombardeo palestino. "Los terroristas han cruzado una línea roja", advirtió el gobernante israelí.