La constructora brasileña Odebrecht, la gran protagonista del proceso Lava Jato, se presentó ante un juzgado y pidió "protección de quiebra", para reestructurar pasivos por 51.000 millones de reales (13.000 millones de dólares). La deuda total del grupo es casi el doble de esa cifra. El procedimiento pedido es bastante similar a una convocatoria de acreedores en Argentina: un modo de renegociar deudas y evitar la quiebra y liquidación de la empresa. En abril de 2017 Odebrecht reconoció ante un tribunal de Nueva York que había pagado coimas en casi toda América latina por casi 800 millones de dólares. En Brasil, el proceso Lava Jato probó que la empresa, junto con otras gigantes del ramo, como Andrade Gutierrez, Camargo Correa y OAS, habían pagado coimas rutinariamente a los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff a cambio de ganar millonarias licitaciones de obras públicas. Esto se terminó cuando en 2015 el presidente de Odebrecht, Marcelo, fue detenido por orden del juez federal de Curitiba Sergio Moro (ver aparte).
La declaración de protección de quiebra se produce tras años de retrocesos de Odebrecht, el grupo de ingeniería que llegó a ser el más grande de América latina y uno de los mayores del mundo, hasta que el Lava Jato terminó con sus negocios. De tener más de 230 mil empleados antes de la crisis, Odebrecht ahora tiene unos 48 mil. Estos empleos remanentes están en peligro ante el proceso abierto ayer en un tribunal comercial de San Pablo. En un comunicado, la compañía afirmó que la "protección por quiebra" era la mejor forma de concluir con su reestructuración de deuda, mientras los acreedores buscar incautar los activos comprometidos como garantía por préstamos impagos.
La agencia Reuters señala que la reestructuración de deuda no incluye al productor petroquímico Braskem, a la filial de azúcar y etanol Atvos, a la unidad de construcción Odebrecht Engenharia e Construcao (OEC), a la petrolera Ocyan, la naviera Enseada, a Odebrecht Transport. Los principales acreedores del conglomerado son los prestamistas estatales Banco do Brasil, Caixa Economica Federal y BNDES, así como los privados Banco Bradesco, Itaú y Banco Santander Brasil. La suma en juego es de al menos 13 mil millones de dólares o 51 mil millones de reales. Pero la cifra final negociada podría ser mucho mayor.
Según reseña O Estado de Sao Paulo, Odebrecht ingresó en el 1º Juzgado de Quiebras y Recuperación Judicial de San Pablo una solicitud de "reorganización judicial". La solicitud incluye a a sus empresas Kieppe y Odbinv, los controladores del grupo, cuya deuda total es de 98 mil millones millones de reales. La "reorganización judicial", sin embargo, incluye deudas de los citados 51 mil millones de reales, monto que podría llegar a 65 mil millones, dependiendo de los acreedores. Veja estima que el monto a reestructurar podría llegar a 80 mil millones de reales.
La semana pasada, Caixa, uno de los acreedores de Odebrecht, inició el proceso de ejecución de deudas. La ejecución se lleva a cabo ante la Justicia. Asimismo, la banca estatal venía ejerciendo presión desde la solicitud de "recuperación judicial" de Atvos, el brazo azucarero de Odebrecht a fines de mayo. Atvos tiene una deuda de casi 12 mil millones de reales, y fue la primera empresa del grupo en recurrir a la protección judicial para renegociar sus deudas.
Según el diario brasileño Valor, la empresa busca proteger 80.000 millones de reales (20.500 millones de dólares) de deuda.
En cualquier caso, la solicitud de protección de quiebra es la más grande de Brasil y América Latina, superando los 19.000 millones dólares de deuda que la compañía de telecomunicaciones Oi SA en 2016.
Hasta la semana pasada los grandes bancos brasileños negociaban conjuntamente de manera extrajudicial con Odebrecht. Desde ahora, los bancos "harán cola" para recuperar los préstamos, junto con los 48 mil empleados, el gobierno, los proveedores y otros acreedores. Además, el descuento en la deuda tenderá a ser mucho mayor.
El procedimiento para evitar la quiebra cierra la era de oro de Odebrecht, iniciada hace décadas pero que registró un enorme salto cualitativo bajo el mando de Marcelo Odebrecth y durante los gobiernos de Lula da Siva y Dilma Rousseff (ver aparte). Desde que cayó en la investigación de la Operación Lava Jato en 2015, Odebrecht ha debido reducir su fuerza de trabajo en cerca de un 80 por ciento y sus ingresos brutos en un 20 por ciento, según datos de la propia empresa citados por Globo.
adentro. Marcelo Odebrecth fue detenido el 19 de junio de 2015. Desató un terremoto incalculable.