El Papa Francisco canonizó _es decir, consagró santas_ a cuatro religiosas que vivieron en el siglo XIX, entre ellas dos palestinas. Es la primera canonización de mujeres palestinas desde los primeros siglos del cristianismo. La ceremonia en la Plaza San Pedro se hizo pocos días después de que el Vaticano formalizara su reconocimiento del Estado palestino y con la presencia del presidente Mahmmud Abbas, quien ayer fue abrazado por el Papa. Además, este consagró santas a una francesa y una italiana. Las elevadas a la santidad son las palestinas Mariam Bawardi (1846-1878) y Marie-Alphonsine Ghattas (1843-1927); la francesa Jeanne-Emilie de Villeneuve (1811-1854) y la italiana Maria Cristina dell'Immacolata (1856-1906). Una multitud festiva ondeaba banderas palestinas. La doble canonización fue un claro mensaje de apoyo del Papa a las acosadas comunidades cristianas de Medio Oriente.
Ante una multitud de fieles y bajo un sol rutilante, el pontífice exaltó la trayectoria de las cuatro religiosas, "modelos de santidad que la Iglesia nos invita a imitar", y cuyos retratos decoraban la fachada de la basílica de San Pedro. "Vivir en Dios y su amor, para anunciar con las palabras y con la vida la resurrección de Jesús, dando testimonio de la unidad entre nosotros y el amor a todos: eso es lo que hicieron las cuatro santas proclamadas en el día de hoy", dijo el Papa argentino.
Personalidades. A la misa asistieron personalidades políticas de primer orden como el presidente palestino Mahmud Abbas, quien ya se había reunido en privado con Francisco el sábado y ayer fue abrazado en la plaza por el Papa, y el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve. También hubo una delegación de unas 2.000 personas, principalmente de las iglesias locales, y en particular de los territorios palestinos, Israel y Jordania. Entre la gente podían verse numerosas banderas palestinas y libanesas.
Las dos religiosas palestinas son las primeras en ser canonizadas. Francisco destacó que una de ellas, Mariam Bawardi, fue "un instrumento para el encuentro y la comunión con el mundo musulmán". Bawardi fundó en Belén el primer convento carmelita de Palestina, y falleció en un accidente a los 32 años tras ayudar a familias pobres en Alejandría, Jerusalén, Beirut y Marsella. Huérfana a los tres años, fue confiada a un tío y vivió en Egipto, donde quisieron casarla siendo muy joven. Mariam Bawardi se negó y se refugió en casa de un allegado que le aconsejó convertirse al islam. Ante su negativa, éste la degolló pero la joven "se salvó milagrosamente por la intercesión de la Virgen María", según el relato oficial de la Iglesia. La otra palestina, Marie-Alphonsine Ghattas, se convirtió en religiosa a los 14 años y fundó en 1880 la congregación del Santo Rosario de Jerusalén, en tiempos del dominio turco otomano. Palestina era una provincia del Imperio Turco Otomano, que colapsó con la 1ª Guerra Mundial.
La doble canonización ocurre luego del que la semana pasada el Vaticano anuncio que llevó reconoció al Estado Palestino, mediante la firma de un acuerdo. Asimismo, el sábado el Papa recibió al presidente palestino, Mahmmud Abbas, al que calificó de "ángel de la paz". Ayer, volvió a saludarlo cálidamente en plaza San Pedro. Abbas estaba acompañado de una delegación de importantes personalidades del clero de la región, incluido el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal. Estas presencias resaltaron la voluntad del santo padre de ayudar a las atribuladas comunidades cristianas de Oriente Medio.
La plaza de San Pedro estaba repleta de retratos de las palestinas y las otras dos monjas recién canonizadas —la francesa Jeanne-Emilie de Villeneuve y la italiana Maria Cristina de la Inmaculada Concepción Brando. El patriarca latino Twal dijo que Ghattas y Baouardy, que murieron en 1927 y 1878 respectivamente, eran un ejemplo para cristianos, musulmanes y judíos. "Es un signo de nuestros tiempos modernos el poder hablar de las tres religiones sin ninguna discriminación", destacó el religioso de Jerusalén. La canonización de las dos palestinas fue la primera de este tipo "desde los días de los apóstoles", remarcó Twal.
Identidad nacional. Abbas declaró por su parte que el ejemplo de las dos nuevas santas "reafirma nuestra determinación de construir una Palestina soberana, independiente y libre basada en los principios de la igualdad". Pidió a los cristianos palestinos que no emigren "sino que se queden con nosotros y disfruten de su derecho de ciudadanía igualitaria y completa, y sobrelleven con nosotros las dificultades de la vida hasta que logremos libertad, soberanía y dignidad humana". Los cristianos de Medio Oriente están huyendo ante el avance del islamismo radical, tal como ocurre por estos días en Irak y Siria con el grupo terrorista Estado Islámico. Pero el fenómeno del integrismo islámico va mucho más allá de esos dos países, y los cristianos se ven pereguidos incluso en Estados que hasta hace poco eran considerados moderados y laicos, como Turquía.