Ante la decisiva disputa por la renovación de los cargos directivos en la Cámara y el Senado del Congreso de Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro "abrió la caja fuerte" y destinó 3.000 millones de reales (unos 600 millones de dólares) para que 250 diputados y 35 senadores subsidien obras en sus feudos electorales, según un informe del portal Estadao. Las dos cámaras deben renovar sus directivas a inicios de febrero.
Para Bolsonaro es fundamental tener presidentes en las dos cámaras del Congreso afines o fieles, dado que está asediado por pedidos de juicio político. Los últimos presentados tienen mayores chances de avanzar, y lo acusan de mal desempeño frente a la pandemia de Covid-19. El pésimo manejo de la crisis sanitaria por parte de Bolsonaro lo ha hecho caer en los sondeos en los últimos meses, en especial a partir de la grave crisis en el estado de Amazonas.
El gran monto de dinero entregado a los 285 legisladores procede del Ministerio de Desarrollo Regional. El portal Estadao tuvo acceso a una hoja de cálculo interna para controlar los fondos, hasta entonces confidenciales, con los nombres de los congresistas contemplados con los recursos "extra", que van más allá de los que ya tienen derecho a recibir y asignar.
La oferta de recursos se hizo en el despacho del ministro Luiz Eduardo Ramos, titular de la Secretaría de Gobierno. Este ministro, un general, giró la oferta de fondos a los despachos de los congresistas Arthur Lira (partido Progresista), que disputa el mando de la Cámara, y Rodrigo Pacheco (partido DEM), del Senado. El miércoles 27, el presidente Jair Bolsonaro dijo que "si Dios quiere participará e influirá en la presidencia de la Cámara", con la elección de Lira para el cargo que hoy ocupa su oponente Rodrigo Maia (DEM). Además de los fondos, el gobierno también ha ofrecido cargos a quienes acepten votar por los dos nombres del gobierno, según informes de los parlamentarios.
De los 221 diputados que ya han declarado su apoyo a Lira, según el cálculo que hace Estadao, 131 nombres ya están en la "hoja de cálculo" de la Secretaría de Gobierno. La cámara de Diputados tiene 513 miembros. Este número solo tiene en cuenta sólo a los que ya han asegurado las partidas presupuestarias para los proyectos de su interés. En total, 41 de los congresistas han estado en al menos una reunión en el Palacio Planalto (Presidencia) con el ministro Ramos desde diciembre, cuando comenzaron las campañas para renovar las autoridades de las cámaras. En comparación, el marcador de las elecciones al Senado, de los 33 votos declarados a favor de Pacheco, los nombres de 22 senadores aparecen en la "hoja de cálculo". El Senado está compuesto por 81 legisladores.
La hoja de cálculo, informal y sin timbre, incluye transferencias de recursos del presupuesto de federal que no son rastreables por los mecanismos de transparencia pública. Son los llamados "recursos extrapresupuestarios" en el lenguaje utilizado en el Congreso. No deja de ser llamativo que un monto de 3.000 millones de reales pueda manejarse de este modo, carente en absoluto de controles y transparencia. En este tipo de negociación, las cifras se transmiten a los alcaldes favorecidos por los diputados o senadores sin que se escriba el nombre del diputado, como ocurre con una enmienda parlamentaria tradicional. Así, si hay alguna irregularidad en la aplicación de los fondos, no se puede saber si hay una implicación del diputado que dirigió los fondos a esas obras.
Como líder del partido Progresista, Lira tuvo prioridad, con la asignación de 109,5 millones de reales para ser distribuidos entre los proyectos indicados por sus compañeros de partido. Destinó otros 5 millones de reales a obras de pavimentación y drenaje en el municipio de Barra de Sao Miguel, donde su padre, Benedito Lira, es alcalde. Lira no quiso responder preguntas relacionadas con la hoja de cálculo.