Octubre. Tiempo de definiciones, de búsqueda de carreras, de ofertas de grado y pregrado. Un proceso marcado por una pandemia que modificó prácticas, dinámicas académicas y que obliga a las instituciones universitarias a afinar la mirada y ampliar las estrategias de acompañamiento a sus estudiantes.
“Creo que el gran desafío de la universidad es incrementar los espacios de orientación”, dice al respecto Martín Trucco, psicólogo y coordinador del Departamento de Orientación Universitaria de la sede Rosario de la Universidad Católica Argentina (UCA). Para Trucco la clave no pasa solo con analizar cómo pudo haber afectado este año y medio de pandemia al quien está por empezar una carrera, sino qué están pensando las universidades para recibir a este alumno o alumna. Si la universidad va a tener una mirada atenta y amplia desde la orientación o lo va a recibir igual que en la prepandemia. “Porque esto —afirma Trucco a La Capital— es lo que el alumno sí o sí va necesitar para que su tránsito sea lo mejor posible”. Dificultades de hábitos de estudio o incorporación de contenidos también entiende que van a requerir una mirada atenta desde la orientación de la misma universidad.
—Venimos de un año y medio de pandemia. ¿Impactó en las inquietudes de los ingresantes?
—A las incertidumbres e inquietudes propias del momento de decisión, que indudablemente se mantienen, una preocupación extra es la modalidad para el año que viene. Como que están esperando poder contar o que se les pueda asegurar la presencialidad completa, volver a tener ese contacto o vinculación en su proceso de enseñanza y aprendizaje como en la prepandemia. Esto se vio enfatizado al tener ellos ya experiencia de este año y medio, y tal vez sienten que de darse el mismo contexto agravaría un poco las posibilidades de adaptación a la vida universitaria. Así que una de las preocupaciones es ver qué tiene pensado la universidad y, llegado el caso que debamos manejar un criterio híbrido, conocer cómo está preparada cada universidad para atender esa nueva realidad.
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Martín Trucco, coordinador del Departamento de Orientación Universitaria de la UCA Rosario.
—¿Cómo impactó el aislamiento en el ánimo e interés de los nuevos alumnos y alumnas?
—Siempre está la fantasía del ingresante de poder contar con apoyos en relación a formar un grupo de estudio, tener el contacto con el docente, vivir el contexto de la presencialidad y que eso le pueda sumar en sus instancias de adaptación. Y otra cuestión es que han tenido que incorporar este ejercicio de autonomía plena en un momento donde todavía no hay un ejercicio para hacerlo. Muchas veces el no contar con esas cuestiones de apoyo que facilitan mucho la adaptación vieron acrecentadas las dificultades.
—Además porque las realidades de las que vienen son diversas, de escuelas donde se pudo trabajar en un sistema híbrido y de otras que debieron improvisar de otra forma.
—Tal cual, es cierto. Hay muchos chicos que han relatado esta experiencia. Algunos han venido de escuelas donde más o menos este ejercicio está un poco más aceitado y otros donde se han manejado solamente a través de emails o de un sistema mucho más intermitente, con algunas clases por Zoom.
—¿Qué diferencias nota en lo que busca el que termina el secundario y el estudiante más grande?
—Creo que hay un común denominador que se ha incrementado en los últimos años, que son las necesidades de orientación. Que por supuesto son distintas en el ingresante que recién termina el secundario. Pero también aparecen otras necesidades de orientación en el alumno que se desconectó y ahora toma la decisión de volver a retomar los estudios, el que empezó a trabajar y que de alguna manera quiere incorporarse, o el que empezó una carrera y quiere cambiar. Tenemos alumnos que están queriendo terminar su carrera y ahora necesitan ser orientados otra vez en el tema del material de estudio, la bibliografía, reconectarse con los docentes. Quizás no tienen necesidades de hábitos de estudio porque de alguna manera ya lo han adquirido, pero tienen otras. Por eso quizás el desafío hoy de la universidad es tener una mirada amplia hacia las necesidades de orientación, y generar espacios e intervenciones que puedan abarcar las distintas necesidades.
—Se habla de los mandatos o de los imaginarios sociales a la hora de elegir una carrera. Y también se hace hincapié en el mercado laboral. ¿Cómo pesa eso en un escenario tan cambiante y lleno de incertidumbres como el actual?
—Creo que hay que dar cuenta de este escenario de incertidumbres. Creo que esa carrera que en otro momento se perfilaba como la de mayor prosperidad en este panorama está mucho más difuso. Sí creo que hay que instalar la idea en los alumnos de poder tener esta posibilidad de adaptación y tener una mirada siempre amplia hacia distintos perfiles laborales. Y que se animen a ir descubriendo sobre la marcha, las distintas posibilidades que una misma profesión o carrera le ofrece como posibles alternativas. Encontramos todavía alumnos que tienen ese imaginario que eventualmente solo pueden hacer una determinada actividad laboral y a veces se pierden de ver que hoy el panorama es tan cambiante que también te exige tener esa mirada amplia.
—¿Qué le recomendaría a quien aún está indeciso?
—Siempre es importante profundizar en todas las alternativas de información. Información que tenga que ver un poco con las incumbencias de cada carrera, con acercarse a hacer uso de las alternativas que ofrecen las facultades en relación a las charlas con profesionales, profundizar los planes de estudio y particularmente que cada persona pueda ir haciéndose su propio listado de preguntas para poder abordarlo en estas instancias. No solamente escuchar, sino también animarse a plantear esas inquietudes y preguntas que a lo mejor pueden incidir en la decisión final. Qué diferencias hay entre las distintas carreras y entre facultades que ofrecen una misma carrera. Creo que hay que seguir insistiendo en profundizar el trabajo de información. Eso me parece que es clave.