Cuando aún no se aprobó la ordenanza que crea los bares culturales, esta tarde se inaugurará en el corazón de Pichincha un reducto que aspira a convertirse en eso. El lugar llega muy promocionado por la concejala radical María Eugenia Schmuck, que paradójicamente es la impulsora de la norma que todavía no vio la luz.
Se trata de un bar en el que se dictarán talleres de teatro, de ritmos afrolatinos, de retrato, de fotografía y de entrenamiento actoral, entre otros. Todo un bar cultural, pero sin serlo. La norma que impulsa Schmuck estipula que esos bares gozarán de múltiples beneficios, como la exención del pago de Drei, de TGI y de derechos de acceso a diversiones y espectáculos públicos, entre otros.
Por ahora, el bar Nómade (tal cual su nombre) abrirá sus puertas en Ovidio Lagos 68 bis bajo el encuadre de “bar-restaurante con amenización musical y números en vivo”, y será administrado por una sociedad denominada Beer Garden SA.
Fue la propia concejala Schmuck quien se encargó de darle gran difusión al evento, ya que desde sus cuentas en Facebook y Twitter se encargó de invitar a la inauguración del reducto y de promocionar las inscripciones a los diferentes talleres.
La página web del bar aglutina un sinnúmero de comentarios positivos en defensa del perfil cultural del lugar, la mayoría de militantes de Franja Morada, sector que impulsó la candidatura de Schmuck a concejala en las últimas elecciones.
La ordenanza que estipula la creación de los bares culturales fija que los mismos serán espacios donde se realicen manifestaciones artísticas y educativas; y hasta estipula la creación de una oficina que le brindará “asistencia técnica y económica a través de un programa de subsidios en materia de equipamiento e infraestructura”.
Además, cita textualmente que “en caso de construcción o refacción, estarán exentos del pago de planos e inspección de obra”. Y a eso suma la exención de varios tributos. A juzgar por la promoción de Schmuck, tal vez sea el primer bar cultural, esa iniciativa que impulsa desde hace meses.